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Durante el 12º Congreso Aecoc de Supply Chain se ha constatado que el 41% de las empresas del sector considera que el incremento de costes derivado de situaciones como la crisis de suministros, la guerra de Ucrania o el paro del transporte ha sido de entre el 10% y el 20%. El 19% asegura que el sobrecoste asumido es superior a este 20%.
La crisis de suministro, la guerra de Ucrania o el paro del transporte, están generando sobrecostes que, junto a los actuales niveles de inflación, tienen un gran impacto sobre la cuenta de resultados de las empresas. Así lo indica el informe Perspectivas para la Cadena de Suministro del sector Gran Consumo 2022, presentado hoy por Aecoc en el Congreso de Supply Chain que se celebra en Madrid. Según los datos del estudio, el 41% de las empresas indica que ha asumido un incremento de costes de entre el 10% y el 20% a raíz de estas disrupciones en la cadena de suministro. Además, el 19% de las compañías asegura que el aumento de costes que ha experimentado supera el 20%.
En el análisis de qué partidas han tenido un mayor incremento de costes, el 77% de las compañías apunta a las materias primas, el 72% señala al transporte, mientras que un 69% cita la energía.
“El parón vivido durante la pandemia y situaciones imprevistas, como el conflicto en Ucrania o el paro del transporte, están tensando el funcionamiento de la cadena de suministro. En este contexto, las empresas están asumiendo grandes sobrecostes para mantener los niveles de servicios y suministro”, expone la directora de logística y transporte de Aecoc, María Tena.
En este sentido, el informe evidencia que las compañías están adoptando diferentes estrategias para sortear los problemas de suministro que se han producido en los últimos 18 meses. Así, el 60% afirma que ha optado por buscar proveedores alternativos de materias primas, mientras que un 50% también está incrementado su nivel de stock disponible y el 43% ha cambiado su modelo gestión de aprovisionamiento.
En relación a los aspectos que más preocupan actualmente a las empresas, el informe indica que el 60% cita la mejora de niveles de servicios, mientras que un 51% de las compañías se preocupa por cómo gestionar posibles interrupciones en la cadena de suministro y el 46% quiere avanzar en la optimización del transporte.
El informe también analiza los cambios que se han producido en la relación entre operadores en el contexto actual, marcado tanto por las tensiones en la cadena y la inflación como por los cambios legislativos recientes que impactan en el transporte. Las empresas hacen una valoración positiva de este eje, y el 64% de los fabricantes entiende que la relación y los proyectos de colaboración con los distribuidores siguen igual o han mejorado, mientras que el 83% de las empresas distribuidoras hacen la misma valoración sobre su grado de colaboración actual con los fabricantes.
Otro de los ejes estratégicos y que marca la agenda de las empresas de toda la cadena de suministros del gran consumo es la sostenibilidad. El 75% de las compañías considera que está implantando con éxito o mucho éxito medidas para reducir el impacto ambiental de sus operaciones, mientras que el 25% restante no está satisfecha con los resultados logrados hasta ahora.
Preguntadas sobre cuáles son las principales barreras que existen actualmente para la descarbonización de la logística, las compañías citan la falta de madurez y desarrollo de nuevas tecnologías, la falta de oferta de vehículos de combustibles alternativos y la insuficiente infraestructura de recarga disponible en la actualidad.
El 79% de los distribuidores también cree que el transporte de última milla tendrá un impacto alto o muy alto en sus operaciones futuras. En este sentido, consideran que los principales retos para gestionar eficientemente la distribución urbana de mercancías son la adaptación a las distintas normativas que aplican los municipios, los cambios que supone la implantación de Zonas de Bajas Emisiones y responder a las demandas de reparto de un consumidor cada vez más digital y en busca de conveniencia.
El informe también cuestiona a las empresas sobre cuáles son las barreras que están impidiendo un mayor desarrollo de la distribución de mercancías por ferrocarril, que hoy tan solo representa el 1% del transporte. El 54% apunta a la falta de oferta y operadores como principal obstáculo para su mayor desarrollo. Las empresas también citan problemas relacionados con la falta de flexibilidad del canal o los tiempos de servicio, la gestión de trenes multi-clientes o la escasez de infraestructuras adecuadas.
En la inauguración del congreso, el director general de Aecoc, José María Bonmatí, ha considerado que, en el contexto actual, “la cadena de suministro no solo está siendo eficiente y resiliente, como ha demostrado en los dos últimos años, sino que está garantizando que no se rompe en ninguno de sus eslabones y garantiza el suministro de todos los productos”.
El encuentro ha reunido en una mesa de debate a fabricantes y distribuidores, que han analizado cuáles son actualmente las prioridades de los departamentos de logística de las empresas. El director de operaciones de Eroski y presidente del comité de Logística y Transporte de Aecoc, Alberto Madariaga, ha entendido que “el reto que tenemos en los próximos meses es volver a recuperar los niveles de servicio que teníamos antes de las disrupciones que hemos vivido y ser mucho más ágiles a la hora de tomar decisiones”.
Ha coincidido en el análisis el director de supply chain de Campofrío, Ismael Martínez, que ha considerado que “medir es la clave para volver a los indicadores que teníamos”. Por su parte, la directora de logística de Mahou San Miguel, Carmen Malama, ha explicado que “hoy no podemos trabajar con certezas, por lo que tenemos mucho trabajo en la construcción de escenarios”, mientras que el director de logística de Gadisa, Adolfo Díaz, ha remarcado que “las prioridades no han cambiado tanto, ya que el foco sigue estando en dar el mejor servicio”.
Aecoc es la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores, una de las mayores organizaciones empresariales del país y la única en la que la industria y la distribución del gran consumo trabajan conjuntamente para desarrollar buenas prácticas y estándares tecnológicos que ayuden a las empresas a ser más eficientes y competitivas, aportando valor al consumidor.
Engloba tanto a las mayores compañías como a las pequeñas y medianas empresas y representa sectores tan diversos como el de la alimentación y bebidas, textil, electro, ferretería y bricolaje, salud y hostelería, entre otros. Cuenta con más de 32.000 empresas asociadas cuya facturación conjunta supone cerca del 25% del PIB nacional.