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La CEC espera poder presentar próximamente a la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto un conjunto de medidas imprescindibles para mantener la competitividad de las pymes de comercio. Medidas con carácter urgente para apoyar al sector, que se enfrenta a dificultades económicas sin precedentes que están poniendo en riesgo a miles de empleos.
El pequeño y mediano comercio ve mes tras mes cómo las ventas bajan inexorablemente y se produce un goteo constante de cierre de establecimientos. El sector se encuentra en un punto de inflexión decisivo para su viabilidad futura, un escenario ante el que es preciso actuar de forma urgente. Por eso la Confederación Española de Comercio pide a la nueva ministra al igual que viene reclamando desde hace varios meses al anterior Gobierno, que se implique en salvar al comercio de proximidad, el que más está sufriendo con el auge de Internet, el desequilibrio entre los distintos formatos comerciales y el cambio de hábitos del consumidor.
Entre estas medidas destaca la necesidad de impulsar un Plan de Ayudas específico sectorial para reducir la brecha digital en las pymes de comercio. Se debe promover el adecuado desarrollo del comercio electrónico, abordando una normativa específica que regule el nuevo escenario planteado y protegiendo al sector de prácticas abusivas y desequilibrios competitivos.
Pero no es el e-commerce el único motivo de la pérdida en las ventas. Para el secretario general de la CEC, José Guerrero, “el comercio va contra sí mismo al entrar en el juego de las promociones y descuentos permanentes”. En este sentido, la Confederación pide a la ministra que se restablezca de manera definitiva una política ordenada de rebajas en los comercios, de manera que estos períodos definidos “vuelvan a tener como finalidad la salida del stock sobrante de las campañas a precios muy atractivos para el consumidor”.
Asimismo, la CEC pide el apoyo de la administración central a iniciativas que permitan ensalzar el papel del comercio. Es fundamental reconocer y fomentar la importancia estratégica del sector como motor económico y de creación de empleo e innovación, así como su papel vertebrador y dinamizador de ciudades y barrios.
De esta manera se recuperaría, asimismo, el prestigio en el ejercicio de la profesión de comerciante, fomentando así el relevo generacional en las empresas familiares, y facilitando el traspaso de pymes comerciales a jóvenes y emprendedores.