Empresas Premium
Raúl Cortazar, Country Manager de Gondella para España y Portugal, nos emuestra como el diseño del punto de venta y su mobiliario puede crear una experiencia diferencial en la campaña de Navidad.
¡Bienvenidos al fascinante mundo del mobiliario de supermercados! O al menos eso creemos nosotros. Porque, ¿quién dijo que las estanterías y la iluminación no pueden ser interesantes? Como responsable de una empresa referente en el sector del mobiliario para establecimientos, déjame compartir contigo por qué estos elementos son la columna vertebral de una experiencia de compra inolvidable. Sobre todo, ahora que se acercan las fiestas navideñas.
Imagina por un momento que las estanterías son el escenario y que los productos son las estrellas del espectáculo. Un escenario mal diseñado puede arruinar hasta la mejor actuación. Lo mismo ocurre en un supermercado; las estanterías no son simples muebles, si no narradores silenciosos que cuentan la historia de cada producto.
Si las estanterías son el escenario, la iluminación es definitivamente el maquillaje. Puede resaltar las mejores características o, si se hace mal, crear sombras donde no deberían existir. Una iluminación adecuada hace que los productos se vean más apetecibles y puede influir positivamente en el estado de ánimo de tus clientes.
Es fundamental estar pendiente de todos los detalles. Aquí te dejo 10 consejos para enamorar a tus clientes
Recuerda, un supermercado no es solo un lugar para comprar; es un escenario donde se desarrolla la vida cotidiana de tus clientes. Cada mueble, cada luz, cada rincón cuenta una historia. Asegúrate de que sea una historia que tus clientes quieran volver a vivir.
La próxima vez que entres en un supermercado, mira más allá de los productos. Observa cómo el mobiliario y la iluminación trabajan en armonía para crear una sinfonía de compras. Y si eres dueño de un establecimiento, no subestimes el poder de estos elementos. Con las estanterías y la iluminación adecuadas, no solo venderás productos; venderás experiencias, emociones y, quién sabe, hasta un poco de magia.
Porque al final del día, un supermercado bien diseñado no solo llena carritos, despierta ilusiones. Y eso, es el verdadero arte del retail.