Empresas Premium
ESPECIAL ALIMENTOS DE NUESTRA TIERRA. Retail Actual entrevista a Eduardo Pérez Paz, Director Nacional Comercial de ViniGalicia.
La mayor tecnificación en los procesos de elaboración, junto con la concentración y asociación de bodegas, ha llevado a una reducción en el número de viticultores y bodegas. Sin embargo, este cambio ha permitido que Galicia multiplique el valor de sus exportaciones de vino, a pesar de contar con una superficie de viñedo más reducida.
Este año, aunque se ha registrado una cosecha un 4% menor que en 2023, hemos alcanzado la mayor producción del último decenio, con un total de 74 millones de kilos entre las cinco DO gallegas. Es notable que el 88% de la uva cosechada corresponde a variedades blancas, mientras que el 12% restante es de tinta. Las DO de Monterrei y Valdeorras han experimentado el mayor aumento en la recogida de uva.
Siguiendo la estrategia de las denominaciones de origen vitícolas gallegas, que busca otorgar un mayor valor a sus productos, los vinos con DO de Galicia se han posicionado entre los más caros del mercado, tanto en el canal de retail como en el de hostelería, superando los 6,60 € por botella.
Además, es importante destacar que el precio de exportación del vino gallego se ha revalorizado un 34% en los últimos dos años. En el año 2000, el vino gallego se vendía a la mitad del precio de la media española; hoy, se comercializa a más del doble.
Es cierto que los consumidores están comprando menos vino, pero están dispuestos a pagar más por calidad. Se observa un creciente interés por los vinos de origen controlado y reconocido, así como una valoración de las prácticas respetuosas con el medio ambiente. Actualmente, los vinos con D.O. Protegida continúan liderando el mercado, representando un 73% en términos de valor.
En ViniGalicia, hemos logrado destacar en este panorama, obteniendo premios recientes que reflejan nuestro compromiso con la calidad y la excelencia. Entre ellos se encuentran:
Además, el consumidor muestra un creciente interés en vinos espumosos, orgánicos y biodinámicos. También hemos visto un fuerte crecimiento en nuevas categorías de vino más frescos y fáciles de beber, que están atrayendo a nuevos públicos.
Es fundamental que nos adaptemos a las nuevas realidades del mercado y a los cambios en las tendencias de consumo, promoviendo un enfoque que combine calidad, innovación y sostenibilidad.
Aunque el vino tinto sigue siendo el más popular, representando el 70% del consumo total, es importante señalar que continúa siendo el preferido por las personas mayores, mientras que los jóvenes tienden a inclinarse más hacia el blanco o el rosado.
En cuanto a los tintos gallegos, creemos que son un gran desconocido fuera de nuestra región. Galicia cuenta con vinos de firme personalidad, y estamos en proceso de recuperar variedades autóctonas casi perdidas, como el Sousón, Caiño y Brancellao, logrando así vinos de altísima calidad. Hoy en día, nuestras bodegas utilizan tecnología de primer nivel, lo que les permite proyectar vinos cada vez más conocidos y apreciados, que no desmerecen en nada a los de otras zonas reconocidas.
Un ejemplo destacado de la calidad de nuestros tintos es lo que elaboramos en la Ribeira Sacra, especialmente los de la variedad Mencía, que es mayoritaria en la zona. Sus viñedos, formados por viejas cepas aferradas a terrazas, ofrecen una producción limitada pero de uvas excepcionales. Esta calidad se ve potenciada por un clima singular y por sus suelos de pizarra y granito, que aportan un carácter brumal y refulgente a los vinos de la zona.
Estamos convencidos de que se han sentado las bases para un futuro optimista en el ámbito de los vinos tintos gallegos.
El consumo de licores ha experimentado una notable bajada, impulsada por los cambios en los hábitos de los consumidores, quienes están cada vez más preocupados por su salud. Esta preocupación ha llevado a una creciente búsqueda de alternativas con un contenido reducido en alcohol.
Como resultado, hemos observado un aumento en la demanda de bebidas con baja graduación alcohólica, que se caracterizan por ser más premium, naturales y saludables. Además, se está incorporando una variedad de ingredientes funcionales, como botánicos y hierbas, que no solo aportan sabor, sino que también ofrecen beneficios adicionales para la salud.
Este cambio en las preferencias del consumidor está transformando el mercado de licores, impulsando la innovación y la creación de productos que se alinean con un estilo de vida más saludable y consciente.
Creo que el mercado del vino en 2025 evolucionará de manera significativa, impulsado por varias tendencias clave. En primer lugar, la sostenibilidad se convertirá en un factor crucial para los consumidores. Cada vez más, los clientes buscan productos que respeten el medio ambiente, lo que llevará a las bodegas a adoptar prácticas ecológicas en todas las etapas de producción, desde la viticultura hasta el embotellado.
Además, la preocupación por la salud y el bienestar influirá en las preferencias de los consumidores, quienes mostrarán un mayor interés en vinos con menos alcohol y opciones orgánicas. Este cambio en la demanda obligará a la industria a innovar y adaptarse a estas nuevas expectativas.
La digitalización también jugará un papel fundamental en la evolución del mercado. La venta online seguirá creciendo, facilitando el acceso a una amplia variedad de vinos. Las plataformas digitales se volverán esenciales para conectar con los consumidores y ofrecerles una experiencia de compra más personalizada. Asimismo, el marketing digital, especialmente a través de redes sociales e influencers, será clave para la promoción de marcas y la educación del consumidor.
En cuanto a la geografía del mercado, se espera una expansión hacia mercados emergentes, especialmente en Asia y América Latina. Las bodegas deberán adaptarse a las preferencias locales para capturar esta creciente demanda.
La innovación en productos será otra tendencia notable. Veremos un aumento en la producción de vinos de autor y ediciones limitadas, que ofrecerán a los consumidores experiencias únicas y diferenciadas. Además, se valorará cada vez más el uso de variedades de uva autóctonas, lo que permitirá a las regiones vinícolas destacar su identidad y patrimonio.
Por último, el enoturismo seguirá siendo una herramienta clave para atraer consumidores, ofreciendo experiencias memorables que conecten a los clientes con la cultura del vino. En resumen, el mercado del vino en 2025 estará marcado por la sostenibilidad, la digitalización y la innovación. Las bodegas que se adapten a estas tendencias y ofrezcan productos y experiencias únicas estarán mejor posicionadas para prosperar en este entorno cambiante.