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Anice y Cajamar han presentado el octavo Barómetro de la Industria Cárnica Española. Estas entidades advierten de “esta difícil coyuntura nos está pasando factura en forma de desaparición de nuestro tejido industrial, con lo que ello implica de pérdida de actividad y futuro para el medio rural en el que la industria cárnica se ubica”.
Los empresarios de la industria cárnica son consicentes del delicado momento que pasamos, que en su caso viene agravado por otros condicioanates. Anice y Cajamar han elaborado el octavo Barómetro de la Industria Cárnica Española. Los resultados de esta nueva edición reflejan la compleja situación que está viviendo el sector, como consecuencia de la confluencia de numerosos factores negativos como el encarecimiento de las materias primas, el incremento continuado de los costes de energía y restos de insumos, y la inflación. Unos factores que han disparado los costes de producción de las empresas como así lo ha manifestado el 87,3% de los empresarios.
Algo de lo que ANICE ha venido alertando en los últimos meses y que en el Barómetro se ha traducido en un descenso del Índice de Sentimiento de la Industria Cárnica Española (ISICE), con respecto al segundo semestre de 2021.
Así lo ha constatado el secretario general de Anice, Miguel Huerta durante su intervención en el evento de presentación, quien ha señalado que “esta difícil coyuntura nos está pasando factura en forma de desaparición de nuestro tejido industrial, con lo que ello implica de pérdida de actividad y futuro para el medio rural en el que la industria cárnica se ubica”.
El secretario ha añadido, además que “España está avocada a un medio rural abandonado y empobrecido, si no se apoya a los sectores que le dan vida, como es el sector ganadero-cárnico y la industria alimentaria”.
Por su parte, el director Comercial de Cajamar, Sergio Pérez, ha destacado el trabajo realizado por el sector cárnico español y su importancia dentro del tejido productivo. “Un sector formado por 2.800 empresas, que da empleo a más de 100.000 trabajadores de manera directa, representa un tercio del total de la industria agroalimentaria española, y que gracias a su estrategia de internacionalización se ha convertido en el quinto exportador mundial de productos cárnicos”.
La presentación de los resultados del octavo Barómetro de la Industria Cárnica Española ha corrido a cargo de Tomás Agüera, responsable de Mercados de Plataforma Tierra quien ha remarcado que para el primer semestre de 2022, el Índice del Sentimiento de la Industria Cárnica (ISICE) se sitúa en 17,08 puntos, lo que indica una valoración positiva de los agentes del sector, como consecuencia del aumento de las exportaciones, si bien se ha producido una contracción con respecto al semestre anterior, resultado de la actual coyuntura que se refleja en las principales conclusiones del informe.
El 87,3% de los empresarios encuestados ha manifestado, que sus costes han crecido en el primer semestre de 2022, pero además un 70,9% teme que sigan incrementándose. Estos datos responden al sentimiento alcista de la inflación y las constantes noticias del encarecimiento de la energía por el incremento del precio del gas, y otros costes operativos. Una situación que está asfixiando a ganaderos e industrias, generando un tremendo desgaste y estrechando los márgenes en todos los eslabones.
A pesar de esta difícil coyuntura, el ISICE sigue registrando cifras positivas derivadas del aumento de las exportaciones, que posiciona a las industrias como un potente motor económico para el sector, de acuerdo con lo manifestado por el 83,7% de las empresas.
Más de un tercio de las empresas han aumentado su plantilla durante el primer semestre del 2022 y más de la mitad han manifestado su estabilidad.
Unas cifras muy positivas, que revelan que, pese a la pérdida de rentabilidad de la industria cárnica, por el incremento de las materias prima y los costes asociados, el sector tiene previsto mantener la plantilla de trabajadores en un momento de incertidumbre y recesión como el actual, realizando un sobresfuerzo.
La industria está invirtiendo también en proyectos de sostenibilidad y digitalización, como motores de crecimiento, algo que se impulsaría aún más con la esperada llegada del PERTE, si estas ayudas pudiesen aplicarse de forma importante en las pequeñas y medianas empresas del sector cárnico.
El 78,3% de las empresas están invirtiendo en tecnología de digitalización de procesos, siendo esta el área que más ha crecido. Por su parte en el área de sostenibilidad, un 72,7 % de los encuestados han indicado la incorporación de medidas de eficiencia energética como principal opción, seguido muy de cerca por la implementación de energías renovables, con un 69,1%.
Estas partidas reflejan como las políticas de inversión en la industria cárnica se centran fundamentalmente en la reducción de los costes de explotación y del consumo de energía, influenciado por el fuerte incremento registrado en el último año.
Al ser un instrumento vivo, el Barómetro incluye siempre cuestiones de actualidad e interés para el sector. En esta edición se ha incluido la Ley de la Cadena y las Ayudas de UE, ambas con resultados escasamente positivos. En el caso de la Ley de la Cadena, para un 55% de los encuestados no ha resuelto la problemática de las relaciones comerciales, frente a un 5,5% que declaraba su satisfacción.
Al igual que sucede con la Ley de la Cadena, más de la mitad de los encuestados ha mostrado su insatisfacción ante el marco normativo de las ayudas de la UE, un reflejo de las grandes expectativas que se habían generado en las empresas ante las constantes noticias de la llegada de los Next Generation.
De igual manera un 65,4% de la muestra ha opinado que los fondos de ayudas de la Unión Europea no están llegando al sector cárnico, influenciado a su vez porque en noviembre se abre el plazo para el PERTE, y en octubre, aún se desconocía cómo se iba a realizar la tramitación. Una incertidumbre que provoca que surjan dudas respecto a su participación en esta convocatoria.
En un contexto tan adverso como el actual, la octava edición del barómetro destaca el compromiso de la industria cárnica con la producción de alimentos para la sociedad, su resiliencia, su capacidad para seguir siendo una potencia exportadora y su confianza para crear y mantener empleo en las zonas rurales, protegiendo nuestro patrimonio industrial y cultural.
A es una entidad sin ánimo de lucro que representa a la industria cárnica a nivel nacional e internacional, agrupando a más de 650 empresas, en todas las comunidades autónomas. En Anice se encuentran asociadas todas las empresas líderes del sector, junto a un nutrido colectivo de pymes, que generan empleo y actividad económica en el medio rural.
La cifra de negocio de estas empresas asciende a 23.795 millones de euros, lo que supone el 75% de la facturación de la industria cárnica española (porcino, vacuno, ovino y elaborados cárnicos).