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La organización por la conciencia alimentaria ProVeg International ha revelado el impacto de la actual guerra en Ucrania en este sector mediante una encuesta a empresas de alimentación vegetal de 14 países europeos, incluyendo España.
La guerra en Ucrania ha planteado importantes desafíos para la industria veggie o de alternativas vegetales. El principal reto para las empresas son los precios de las materias primas, especialmente los aceites comestibles, y la disponibilidad y el suministro de aceites. En particular, se ha destacado que el aceite de girasol se está volviendo muy escaso y hay que buscar alternativas rápidamente. No hay que olvidar que Ucrania es el mayor exportador mundial de aceite de girasol.
La encuesta ha mostrado que durante el conflicto en Ucrania muchas empresas basadas en la alimentación plant-based han creado una mayor colaboración con otras marcas para superar los obstáculos generados por la guerra. También se ha visto que se ha creado una colaboración interna más afianzada entre los departamentos de finanzas, producción y logística.
"Es evidente para todo el mundo que la guerra está teniendo un efecto devastador en la vida de muchas personas en Ucrania", dijo Stephanie Jaczniakowska-McGirr, responsable internacional de Industria alimentaria y Venta al por menor de ProVeg. "La guerra también ha tenido un gran impacto en el sector vegetal, que se enfrenta a desafíos en términos de suministro de ingredientes, aunque sabemos que esto afectará a la industria alimentaria en su conjunto y no solo a las que se dedican al sector vegetal. Aún así, es bueno ver que las empresas están uniendo fuerzas para superar estos retos", dijo.
"Los resultados de la encuesta son de suma importancia ya que nos ayuda a informar mejor a los responsables políticos, con el fin de que la industria alimentaria plant-based reciba el apoyo que necesita", añadió.
Resultados reveladores
Un total de 31 empresas europeas de la red de ProVeg, procedentes de 14 países diferentes, respondieron a la encuesta entre el 1 y el 20 de abril. Las principales conclusiones fueron las siguientes:
Una de las preguntas de la encuesta fue si creían que sus empresas necesitarían ayuda del gobierno en los próximos 3-36 meses para ayudarles a afrontar los retos creados por la invasión rusa de Ucrania. El 25% de las empresas afirmó que necesitaría ayuda gubernamental, mientras que el 29% dijo que podría necesitarla.
ProVeg plantea tres recomendaciones a seguir para mitigar los efectos de la guerra en Ucrania
1. La UE debe seguir impulsando la estrategia "De la granja a la mesa" para apoyar la producción sostenible de alimentos en estos tiempos difíciles.
2. La desigualdad del IVA en toda Europa que desfavorece las alternativas vegetales a los productos lácteos debe terminar.
3. Mayor apoyo gubernamental a las empresas de alimentación plant-based.
ProVeg International sigue de cerca los efectos de la guerra en la industria alimentaria plant-based, ya que considera que constituye la columna vertebral del sistema alimentario europeo del futuro.
La ONG quiere asegurarse de que la guerra no conduzca a la dilución de la estrategia pionera de la UE "De la granja a la mesa", que ofrece una vía para crear un sistema alimentario sostenible y proteger la biodiversidad.
Sin embargo, la Comisión Europea ha recibido presiones para que posponga la aplicación de esta estrategia. ProVeg cree que esto es un retroceso. "A la luz del impacto de la guerra en el sector vegetal, creemos que es el momento adecuado para aplicar la estrategia de la UE "De la granja a la mesa" para acelerar la transición hacia una dieta más vegetal", dijo Jaczniakowska-McGirr.
"Potenciar y apoyar el sector vegetal también es la clave para mejorar la seguridad alimentaria a largo plazo, ya que significa que el grano que actualmente se destina a la alimentación de los animales se destinará directamente al consumo humano, siendo así más eficiente", añadió.
En la actualidad, el consumo de alternativas vegetales a los lácteos se ve obstaculizado no solo por el restrictivo marco normativo en torno a las prácticas de etiquetado, sino también por las normativas fiscales nacionales de muchos Estados miembros.
Los gobiernos pueden decidir el nivel del tipo de IVA estándar y aplicar hasta dos tipos de IVA reducidos. Los productos lácteos suelen entrar en el tipo reducido de IVA y, por tanto, reciben una subvención indirecta, lo que significa que las autoridades fiscales renuncian a una parte de los impuestos. En algunos países de la UE, esto hace que se favorezcan fiscalmente los productos lácteos de origen animal frente a sus alternativas de origen vegetal. Lo justo sería acabar con la discriminación del IVA para los productos vegetales y así lo confirman las encuestas a consumidores. En España, el 90,5 % de las personas cree que no es justo que el IVA de las alternativas vegetales a los lácteos sea mayor que el de la leche animal.