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Según Asedas, se acumulan descensos en las ventas hacia el canal horeca de en torno al 30%. Alrededor de 3.500 supermercados ubicados en zonas y complejos turísticos están sufriendo también el descenso en la llegada de visitantes.
La lenta recuperación del turismo internacional, especialmente el británico, preocupa a las empresas mayoristas agrupadas en Asedas, Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados, que ven cómo la actividad se retoma muy despacio en las grandes zonas turísticas enfocadas a este tipo de clientes. Si se confirman las previsiones del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, este verano se prevé el retorno de la mitad de las visitas de 2019, unos 17 millones de turistas extranjeros; lejos todavía de los 83 millones que vinieron a España a lo largo de ese año. Esta situación impacta en el sector de la distribución alimentaria de dos maneras: con una disminución en la facturación de alrededor de 3.500 supermercados ubicados en zonas turísticas y con un descenso de las ventas hacia la hostelería y la restauración por parte del sector mayorista.
Este último arrastra una disminución de volumen de negocio hacia dicho canal de en torno al 30% desde el inicio de la crisis sanitaria. Aunque ha experimentado un cierto repunte tras el levantamiento del estado de alarma, la cifras que apuntan a una posible recuperación más lenta de lo previsto en la restauración –con caídas en la facturación de más de un 38 por ciento en 2020, según la consultora Deloitte- y la lenta llegada turistas hacen crecer la preocupación en el sector mayorista, que, además, ve cómo el turismo interior no alcanza a compensar el extranjero.
Muchas de las empresas de distribución mayorista prestan servicio, además, a pequeñas cadenas muy especializadas en nichos de consumo relacionados con el turismo –como supermercados de campings o de complejos de vacaciones- que también se están viendo afectados por el descenso de turistas extranjeros. Se da, también, la circunstancia de que el consumo en este tipo de tiendas se inclina, sobre todo, hacia productos premium de alto valor añadido, por lo que el impacto en la facturación es aún mayor.
La distribución mayorista ha intentado compensar las pérdidas de esta rama del negocio con el servicio que presta a muchas pequeñas cadenas de supermercados hacia las que se ha mantenido la demanda durante la crisis y que operan a nivel regional; además de con la venta de productos de limpieza y desinfección al sector horeca que ha permanecido abierto. Sin embargo, el retorno del turismo internacional, con la aceleración de la vacunación y las medidas de seguridad que garanticen la tranquilidad de turistas y trabajadores, es necesaria para alcanzar una cierta vuelta a la normalidad en el modelo de negocio.
“Aunque la situación ha mejorado con respecto al año pasado, nos siguen preocupando las noticias que hablan de una lenta recuperación del turismo extranjero, que es fundamental para la economía española y, por lo tanto, también para la distribución con base alimentaria, tanto minorista como mayorista, que presta servicio a los millones de visitantes que España recibe todos los veranos”, dijo Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.