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El adelanto de los descuentos los meses de noviembre y diciembre desvirtúa las rebajas de invierno. A pesar de ello, la Confederación Española de Comercio prevé un crecimiento interanual en las ventas de un 3% que permita compensar los débiles meses previos.
El pequeño y mediano comercio afronta sus tradicionales rebajas de invierno con la esperanza de que éstas supongan un repunte interanual de las ventas de hasta un 3% con respecto al mismo período del año pasado. La Confederación Española de Comercio es, por tanto, ligeramente optimista para este período de rebajas; una campaña que es enormemente importante para el comercio minorista, y que en determinados sectores puede llegar a suponer hasta el 40% del total de ventas de todo el año.
Sin embargo, la mayoría del sector reconoce que el resto de promociones fuera de estos períodos han impactado muy negativamente sobre las rebajas tradicionales. Tal y como explica el secretario general de la Confederación, José Guerrero, “los consumidores han desplazado gran parte de sus compras a los meses de noviembre y diciembre, cuando también hay descuentos generalizados, lo cual tiene su reflejo directo en una reducción de las compras en rebajas”.
A pesar de ello, cabe destacar que mientras en el Black Friday y la campaña de Navidad y Reyes los regalos y artículos de tecnología copan las compras, durante las rebajas los protagonistas son los artículos textiles y de uso personal. Como viene siendo habitual en estos últimos años, las ventas se concentrarán en los primeros 10 o 15 días, pudiendo llegar los descuentos hasta un 70% al final de las rebajas.
Por eso, desde la CEC creemos que es urgente activar a la mayor brevedad posible la mesa de diálogo anunciada por la ministra Reyes Maroto, que estudiará las consecuencias de la liberalización de 2012 en el comercio minorista. En esta mesa dejaremos clara una vez más nuestra convicción de que es necesario volver a unos períodos regulados de rebajas, lo que permitiría una mejor promoción de las mismas y pondría fin a la tiranía de los descuentos.
La ralentización del consumo y la incertidumbre política, que se traduce en una disminución de la confianza del consumidor, complican una situación ya de por sí difícil, por lo que los primeros meses de 2019 serán claves para el futuro inmediato del sector.