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La tendencia ecofriendly es ir un paso más allá en la alimentación saludable, siendo España el 9º en consumo ecológico a nivel mundial. Desde manzanas VI.P- Manzana Val Venosta se desgrana las razones.
Optar por productos ecológicos y sostenibles, obtenidos mediante modelos y métodos de producción más respetuosos con el medioambiente es tendencia. Un ejemplo de cómo está calando este consumo ecofriendly es que VI.P - Manzanas Val Venosta (Asociación de Cooperativas Hortofrutícolas de Val Venosta), uno de los mayores productores de manzana biológica de Europa con su línea “BIO Val Venosta”, está percibiendo esta temporada un aumento entre el 5 y el 8% en la demanda europea.
El mercado internacional de productos ecológicos ha crecido con fuerza, España ocupa el 9º puesto de consumo de productos ecológicos a nivel mundial, por detrás de otros países europeos como Alemania, Francia o Italia. La conciencia ecológica está al alza en nuestro país: según los últimos datos (2015) del Ministerio Agricultura y Medioambiente, el consumo per cápita de productos ecológicos en España ha aumentado un 19,8% respecto al ejercicio anterior.
Campaña VIP Val Venosta
En su campaña de difusión de la alimentación saludable y sostenible, la Asociación de Cooperativas Hortofrutícolas de Val Venosta (VI.P- Manzanas Val Venosta), remarca la importancia en la concienciación no sólo de los adultos, también de los niños porque los hábitos alimentarios que se adquieren durante la infancia suelen mantenerse durante la vida.
Además, numerosos estudios demuestran que un consumo habitual de frutas desde edades tempranas puede contribuir a la prevención de enfermedades relacionadas con el estilo de vida. Algunos ejemplos son las dolencias cardíacas, los infartos, las molestias respiratorias o la diabetes, que según la Organización Mundial de la Salud, son la principal causa de mortalidad en el mundo (responsables del 63 % de las muertes) y están influidas por hábitos de vida sedentarios, así como por el origen de los alimentos que se consumen.
Fomentar la inclusión de frutas y verduras en la dieta de los niños, ayudarles a saber lo que comen, la procedencia de los alimentos y el impacto ambiental de su producción, es una inversión en la salud de los pequeños y del planeta, a corto y largo plazo.