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Galletas Gullón ha renovado la máxima puntuación dentro de las auditorías para lograr las certificaciones
IFS y BRC, sellos de calidad que garantizan los máximos niveles de seguridad alimentaria.
Galletas Gullón ha renovado la máxima puntuación dentro de las auditorías para lograr las certificaciones IFS y BRC, sellos de calidad que garantizan los máximos niveles de la seguridad alimentaria de los procesos de producción, productos y servicios de la compañía.
Las certificaciones IFS y BRC son indispensables para continuar desarrollando el nivel de exportaciones de la galletera, que durante el año pasado alcanzaron el 35% del total de su facturación. En concreto, la certificación BRC es fundamental para la exportación en el mercado anglosajón, mientras que la certificación IFS es necesaria para el mercado francés y alemán.
Ambos sellos han sido renovados en 2016 a través de auditorías en las factorías de la galletera, logrando la máxima nota en ambos certificados, con una nivel AA en el caso de la certificación BRC y un Higher Level en el caso de IFS, asegurando de este modo el estricto cumplimiento de la legislación y reglamentación vigente aplicable, además de los más elevados estándares de calidad y seguridad alimentaria.
Seguridad alimentaria y exportaciones
El director general de Gullón, Juan Miguel Martínez Gabaldón, señala que "conseguir estas calificaciones supone todo un éxito que corrobora que las fábricas de nuestra compañía se encuentran entre los centros productivos con mayores niveles de seguridad alimentaria de Europa". Además, subraya que ambos certificados "aportan una gran seguridad a los distribuidores internacionales a la hora de elegirnos como marca de referencia".
Recordar, además, que recientemente Gullón también ha superado la auditoria de Aenor para la renovación de las normas ISO 9001:2008 e ISO 14001:2004, certificaciones que acreditan el correcto funcionamiento de los sistemas de gestión de calidad y ambiental.