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Equilibrar las necesidades del cliente con los deseos de la persona trabajadora del sector comercio, en un sector abocado a mantener esa idílica ecuación, resulta cada vez más complicado. Miguel Venegas, presidente del sindicato Valorian, nos da las claves tras las recientes protestas de los trabajadores del Corte Inglés, donde es la fuerza sindical de referencia.
El cliente quiere el producto, a un precio competitivo, fácil de encontrar y rápido de obtener. La persona que trabaja, quiere un salario competitivo, compaginar su vida laboral y personal, desarrollo profesional y bienestar laboral. Además, es necesario considerar las prioridades que tienen las personas, según la generación a la que pertenecen (Baby Boomers, generación X, Millenials y Generazión Z). Estas dos variables de la ecuación, cada vez están siendo más difíciles de conjugar.
Si el cliente busca un producto a un precio competitivo, eso repercute en la cadena de compra y venta del producto, donde los costes salariales desempeñan un papel crucial. Y es en este punto, donde surge un desafío: ofrecer salarios competitivos, que hagan atractivo trabajar en el comercio, y que no tenga mucha repercusión en el precio del producto.
Si el cliente necesita comprar el producto en cualquier momento, eso obliga a los comercios a abrir todo lo que puedan y más (sin tener en cuenta la variable online, que ahí es 24/7) y que tengamos en muchas ciudades de España con apertura de lunes a domingos. Sin embargo, este modelo choca con las necesidades de las personas trabajadoras, que también quieren conciliar las tardes y los fines de semana.
Además, durante la Navidad, las compras se concentran y el cliente quiere ser atendido con la misma calidad que si fuera en el mes de febrero. No obstante, esta situación colisiona con las preferencias de conciliación que quiere la persona trabajadora, que, sobre todo, va en descansar las tardes y los fines de semana, y que, en esas fechas, ve incrementada sustancialmente su tiempo de actividad.
Las preferencias de los clientes y de las personas que trabajan en el comercio, no son tan diferentes, ya que, como individuos, todos desean lo mismo: comprar a precios competitivos, disfrutar de salarios justos, ir a comprar a cualquier hora y, además, lograr un equilibrio entre la vida laboral y personal. Todo ello, hay que afrontarlo con un equilibrio, cada vez más difícil, pues el comercio está cambiando a una velocidad exponencial.
Esa velocidad ha venido impulsada por factores como la venta online, la globalización, la deslocalización y la geopolítica, que hace que, aun regulando condiciones en tu país, el cliente pueda comprar productos de otros mercados. Ello, impacta en las condiciones y el empleo del tuyo, repercutiendo en las ventas y, por ende, en la calidad del empleo.
Teniendo en cuenta que jugamos en un tablero mundial y que no se pueden poner puertas al campo, Valorian, está presente en más de 120 empresas y 22 sectores distintos. En el sector de la Gran Distribución trabajamos por mantener el empleo, reducir el trabajo en domingos y festivos (del 55% al 33% en Madrid), mejorar los salarios e incentivos, como en el caso de El Corte Inglés, y potenciar los descansos de calidad (hemos pasado de 6 sábados/domingos a 9 sábados/domingos).
El reto laboral para el sector del comercio en general, será atraer y retener talento. Un desafío que la tendencia demográfica no está ayudando, porque las prioridades de la Generación Z colisionan con los horarios del sector. Por tanto, las empresas tendrán que ser ingeniosas y generosas para encontrar personas que sean productivas y que se sientan comprometidas y valoradas.
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