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Históricamente, el transporte de mercancías en España ha sido reconocido como un pilar económico fundamental. No obstante, la evolución de este sector clave le ha llevado a posicionarse, sobre todo en los últimos años y por el auge del eCommerce, como un motor crucial para el bienestar de la sociedad en su conjunto.
La industria del transporte de mercancías moviliza anualmente más de 111.000 millones de euros, representando aproximadamente el 8% del PIB del país. Con cerca de 197.000 empresas operando en este ámbito y generando casi un millón de puestos de trabajo directos e indirectos, su impacto es innegable.
Sin embargo, ante el cambio de paradigma que está experimentando la cadena de suministro, cabe preguntarse cuál será la hoja de ruta que tomará este elemento esencial en un ecosistema dominado por el avance tecnológico y las nuevas necesidades del mercado.
Sin lugar a duda, en este nuevo tablero de juego, una de las piezas centrales será la demanda dirigida por el cliente, que, continuamente, elevará sus expectativas de personalización y flexibilidad en el servicio. Por ello, las empresas deben estar preparadas para ajustar rápidamente sus estrategias en respuesta a cambios en las preferencias del consumidor y las condiciones del mercado. Soluciones ágiles y tecnológicamente avanzadas, capaces de expandir las capacidades de envío e integrar múltiples transportistas, se volverán esenciales para mantener una ventaja competitiva en este entorno dinámico global.
En esta línea, la automatización seguirá teniendo un protagonismo innegable, revolucionando de manera constante la eficiencia operativa - permitiendo la implementación de sistemas avanzados que agilizan y optimizan los procesos y reducen los errores humanos -.
De su mano podrá darse respuesta a la nueva norma del comercio moderno: la omnicanalidad. Los consumidores esperan una experiencia de compra fluida y coherente, ya sea que compren en línea, en una tienda física o a través de una aplicación móvil. Esto requerirá, cada vez más, que las empresas integren sus operaciones de transporte a través de múltiples canales, asegurando una entrega rápida y confiable en cualquier punto de la red de distribución.
Respaldando este aspecto clave para el futuro del transporte, también se ha de ponderar el peso de la digitalización, encargada de brindar visibilidad y transparencia. Gracias a las plataformas de gestión de transporte (TMS) y soluciones basadas en IoT, las empresas podrán monitorizar y analizar los datos en tiempo real, facilitando una toma de decisiones más informada y flexible. Esta capacidad de respuesta ágil será crucial para adaptarse a las fluctuaciones en la demanda y garantizar una entrega puntual y precisa.
En este contexto, la expedición emerge como el elemento crucial que conecta todas estas tendencias. Gestionar las expediciones de manera eficiente y colaborativa no solo mejora la visibilidad y control del flujo de mercancías, sino que también fortalece las relaciones con los socios comerciales y mejora la satisfacción del cliente.
Sumado a ello, los sistemas centralizados de gestión de transportistas permitirán a las empresas reducir los altos costes de envío, gestionar varios proveedores a la vez y proporcionar una mejor visibilidad del seguimiento de los envíos.
Adaptarse a estas tendencias emergentes, tal y como demuestran los 25 años de trayectoria de TDI, no solo es una necesidad, sino también una oportunidad para las empresas que buscan mantenerse competitivas y satisfacer las demandas cambiantes de un mercado globalizado y exigente.