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Diego Jiménez Hevia, presidente de la bodega Uveste, habla con Retail Actual sobre el vino sin alcohol o de baja graduación, una propuesta para llegar a otros consumidores.
Todos hemos crecido llamando a la cerveza 0.0 cerveza sin alcohol y en la etiqueta la palabra cerveza se podía leer de manera clara. Esta categoría ha crecido en gran medida sin que necesariamente haya erosionado cuota a la cerveza tradicional sin alcohol, sino más bien al contrario. Ha sido una manera de que personas que no bebían cerveza o que por las razones que fueran tuvieron que dejar de beber cerveza con alcohol se pasaran a la versión sin. Son varios los estudios de mercado que indican un incremento importante en el consumo de cerveza sin alcohol en los próximos años.
En el caso de la industria del vino, hasta el año pasado una bebida procedente de la fermentación de uva que no llegara al 7% de alcohol no se podía llamar vino. La ley lo impedía. Sin embargo, desde finales de 2021 un vino desalcoholizado o con baja graduación puede llamarse vino. Se abre un nuevo abanico de productos para ofrecer al consumidor con el epígrafe vino.
Esta rigidez, que sin duda ha impedido al sector del vino llegar a otros consumidores ahora ya no existe y se presenta una oportunidad para las bodegas al poder ofrecer un nuevo tipo de producto.
Los consumidores están cada vez más preocupados por su salud y están dispuestos a pagar más por productos que en teoría son mejores para su salud, como pueden ser los productos ecológicos. Esto se está traduciendo en una mayor demanda por productos de baja graduación y de productos sin alcohol, así como productos ecológicos y veganos. Pero la clave es poder ofrecer un producto de calidad de manera que el consumidor no se sienta decepcionado.
Respecto a esto, es importante el método de extracción de alcohol, siendo la tecnología de destilación al vacío la que ofrece mejores resultados al separar el alcohol a la menor temperatura posible, lo que evita calentar excesivamente el vino con la pérdida de aromas que ello conlleva.
Empresas vinícolas líderes ya ponen su nombre en las etiquetas de vino sin alcohol como es el caso de Torres, Freixenet o Vallformosa, lo que sin duda ayudará a que el consumidor se incline sin temor a comprar una botella y haga que la categoría crezca para seguir ganando cuota de mercado.
La clave es ver si esto ayudará a hacer crecer la categoría total del vino.
Uveste es una bodega familiar que hunde sus orígenes en generaciones desde hace más de 100 años dedicadas a la elaboración de cava y vino ecológicos y que, desde 2007, opera en Requena, una comarca con una larguísima tradición en la elaboración de vino. La compañía se ha destacado desde su nacimiento por su apuesta por la innovación, buscando caminos de evolución en el mundo del vino, que conecten con las tendencias de los nuevos consumidores. Una muestra es la ampliación de su planta de desalcoholización, que procesará 1,6 millones de litros de vino sin alcohol a final de 2022.