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Jordi Nebot, de Paynopain, reflexiona sobre la revolución de los métodos de pago y el auge de propuestas de pago contactless o cashless, sin contacto ni efectivo.
El 15 de marzo de 2020 entró en vigor en España el primer estado de alarma que dio paso a un largo e inédito confinamiento, con el objetivo de doblegar el impacto del coronavirus. Esto ha modificado notablemente los hábitos de compra de los consumidores a favor de la digitalización de los pagos ya que el principal objetivo, era minimizar el contacto, y el riesgo de contagio, a través de métodos de pago alternativos al físico y el efectivo, tendencia que se instaló definitivamente entre el público general tras el fin del aislamiento.
Durante los dos últimos años hemos podido presenciar la revolución de los métodos de pagos digitales, que abrió la puerta a nuevos actores que proponen herramientas de lo más creativas a favor de la experiencia del usuario que cada día está más abierto a incorporar nuevas soluciones, sobre todo los más jóvenes. Por este motivo, el avance de la tecnología en el ámbito de los pagos digitales, ha hecho realidad ideas que hace unos años eran inimaginables debido a la aceleración del proceso de digitalización.
La universalidad de los métodos de pago digitales hace que cada vez más usuarios confíen en este tipo de sistemas y combinen el uso de varios de ellos a lo largo del día. Los más populares han sido los métodos “contactless” desde el móvil u otros dispositivos como los wearables (relojes u otros accesorios). En la línea de los pagos sin contacto, ha crecido mucho el desarrollo propio, o a través de grandes proveedores, de soluciones para ofrecer la posibilidad de incluir tarjetas virtuales en los “monederos” o wallets, para permitir el pago con el móvil. Aunque las tarjetas siguen siendo las más utilizadas.
Tras el fin del confinamiento, otro elemento que ganó fuerza fueron los códigos QR, que cogieron popularidad entre un amplio abanico de sectores. Uno de los sectores que adoptó rápido este método fue la restauración que, de forma generalizada, digitalizó sus cartas y menús, formato que sigue vigente a día de hoy. Pero el uso de los códigos QR se ha extendido y actualmente también se utilizan para procesar pagos o completar una transacción financiera.
En relación a esto, el uso de enlaces de pago enviados a través de correo electrónico, SMS o Whatsapp (pagos MoTo y pay by link), experimentó un significativo aumento, sobre todo en comercios locales, ya que permitían prescindir del efectivo. En la misma línea, el porcentaje de implementación de los pagos instantáneos entre personas (peer-to-peer en inglés) alcanzaba el 88 % de los bancos españoles en 2020, según una encuesta del Banco de España. Esto se debe, principalmente, a que muchas entidades participan en la solución de pagos de la banca española, por ejemplo, Bizum.
Hubo otro elemento durante el último año que ha jugado un papel clave a la hora de implementar nuevas tecnologías y ha sido la entrada en vigor de la Directiva Europea de Servicios de Pago o PSD2, que obliga a todos los comercios a aplicar una autenticación reforzada del cliente en los pagos electrónicos. La Directiva Europea de Servicios de Pago fue creada para garantizar la seguridad del consumidor en los pagos electrónicos y minimizar la posibilidad de fraude. Para ello, la norma exige que los sistemas de pago verifiquen la identidad del usuario mediante, al menos, dos de los siguientes factores; algo que posee (como, por ejemplo, su propio teléfono móvil), algo que conoce (como un pin o una contraseña) y/o algo inherente al usuario (como, por ejemplo, su huella digital o su reconocimiento facial).
En este sentido, la tecnología de identificación biométrica fue ganando terreno al ser una gran herramienta a la hora de autenticar la identidad de los usuarios por estar basada en el reconocimiento de una característica física e intransferible de las personas y la aplicación de la PSD2 ha sido un disparador claro para su uso. Ahora, la identificación del usuario puede efectuarse por múltiples mecanismos como la huella dactilar, el reconocimiento facial, el escáner de retina o el reconocimiento de voz. Su uso en los métodos de pago contiene proyectos muy ambiciosos como sistemas de lectura de las venas de la mano o el pago por reconocimiento de las venas oculares.
Sin duda, la irrupción del Covid-19 ha producido una digitalización exprés de muchas parcelas de nuestra vida y, en la actualidad, el usuario prefiere disponer de alternativas para evitar utilizar dinero o tarjetas físicas. Si bien aún estamos lejos de que el dinero en efectivo desaparezca, poco a poco nos vamos convirtiendo en una sociedad cashless. Esta tendencia, junto con la comodidad y la facilidad asociada por los usuarios, está favoreciendo la transición a una sociedad que en el futuro, usará mucho menos dinero en efectivo. Sobre todo entre las nuevas generaciones, porque también es una cuestión generacional y los millennials, y centennials, cada vez llevan menos dinero en metálico en los bolsillos.
Por eso, el comerciante, ya sea grande o pequeño, tiene que adaptarse para ofrecer seguridad, rapidez y comodidad al nuevo consumidor. Durante el 2022, y los años siguientes, estos nuevos métodos continuarán creciendo y adoptando nuevos formatos hasta consolidarse entre gran parte de la población. Ante esto, es previsible que el uso del efectivo siga reduciéndose y los pagos móviles aumentando, tanto en tienda como en compras a través del móvil.
Debido a este cambio de tendencia en la manera de hacer los pagos, PaynoPain tiene como objetivo ofrecer soluciones sencillas e innovadoras, entre los que destacan productos como nuestra pasarela de pagos Paylands, que ofrece a los clientes una manera cómoda, rápida y segura de cobrar sus productos y servicios y nuestra tecnología de monedero electrónico ChangeIt, una app wallet de marca blanca que puede llegar a concentrar infinidad de funcionalidades financieras y de fidelización de clientes. Pero lo más importante es desarrollar herramientas que no dejen de lado a los colectivos más vulnerables, como los adultos mayores o aquella parte de la población sin acceso a las herramientas digitales necesarias para operar en el entorno cashless.
Día a día apostamos por las tecnologías punteras, para crear productos innovadores y de calidad. Nos dedicamos a la investigación y el desarrollo tecnológico especializado en medios de pago, con el objetivo de ofrecer soluciones sencillas e innovadoras en España y en otros países alrededor del mundo, entre los que quiero destacar proyectos de pago en transportes públicos o de autogestión financiera en zonas con muy bajas tasas de bancarización de Sudamérica o África. Queremos ser el aliado tecnológico que le permita a comercios y usuarios, transitar el cambio de la manera más fácil posible.
