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La familia Blanco en su proceso de producción artesanal de aceite de oliva virgen extra, remarca que hay que envasar lo que el campo da en toda su verdad y pureza.
El AOVE Blanco cuenta con dos variedades de virgen extra, arbequina y hojiblanca, que proceden de los mejores terrenos de Fuente Alcaide, la centenaria finca que la empresa familiar posee en Loja, en la provincia de Granada.
Es producto de la búsqueda incansable de la excelencia en la producción de estos dos jugos extraordinarios, complejos en sus delicados matices, capaces de crear elegantes armonías de sabores y traer a la memoria de quien lo disfruta todo el frescor y riqueza de las aceitunas verdes.
Llegado el momento de la cosecha, la familia Blanco selecciona cuidadosamente un terruño concreto de Fuente Alcaide para elaborar una producción limitada de sus aceites virgen extra arbequina y hojiblanca de marca propia. Esta demarcación, que se realiza cada campaña de manera diferente en función de una serie de parámetros como la climatología, es un proceso único en el sector realizado por la familia para obtener un virgen extra sin precedentes.
Se trata de una producción muy limitada y exclusiva de virgen extra de cosecha temprana, es decir, proveniente de aceitunas verdes. Para los apasionados del virgen extra, este es el momento óptimo para su recolección, ya que es cuando el jugo de la aceituna ofrece la mayor complejidad de aromas y sabores.
Las aceitunas sólo se cosechan cuando se va a iniciar la producción, e inmediatamente se llevan al molino para obtener directamente un virgen extra de primera calidad. Así, el aceite de oliva Blanco Virgen Extra es puro zumo de aceituna, joven y fresco. Este proceso puramente físico que sigue el virgen extra Blanco es requisito necesario para conseguir un producto singular con unas propiedades organolépticas excepcionales, que convierten el virgen extra Blanco en una joya gastronómica capaz de conquistar el paladar más delicado y exigente.
Para su salida al mercado, Blanco Virgen Extra se ha revestido con un diseño que refleja su extraordinaria calidad.
La nueva identidad visual de Blanco, diseñada por el estudio Buenaventura, se aleja notablemente de los cánones estéticos del sector con un planteamiento de diseño minimalista y conceptual que subraya la singularidad de los virgen extra de la familia Blanco y la exclusiva selección de sus frutos en cada cosecha.
Un diseño que encuentra su inspiración en dos fuentes aparentemente alejadas entre sí, pero que, juntas, construyen un sorprendente discurso visual. De un lado, las «pinturas con tijeras» de Henri Matisse y de otro, la gama cromática del catálogo de Land Rover de la década de los ochenta, todo un icono del campo andaluz.
“Se trata sin duda de un emocionante proceso que aúna nuestra tradición olivarera andaluza con un diseño elocuente y sumamente expresivo en su contención; un proceso que supone la culminación de décadas de esfuerzo y dedicación de la familia al olivo”, explica Manuel Blanco, director de Ventas de Blanco Virgen Extra.