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Dublin Porter y West Indies Porter en edición limitada. Dos cervezas porter que reflejan a la perfección los primeros tiempos de esta cerveza, cuando su fundador, Arthur Guinness, compró la fábrica de St. James Gate en 1759.
Fue años más tarde, en 1787, cuando se empezó a elaborar cerveza porter en lugar de ale para poder competir con las cervezas negras que llegaban a Irlanda desde las destilerías de Reino Unido. La Dublin Porter está basada en una receta de 1796, mientras que la West Indies Porter sigue las instrucciones de un cervecero de 1801 que la elaboraba para exportarla al Caribe.
Notas de cata:
Dublin Porter (3,8%): Aroma a cremosa malta y cappuccino, con toques de toffee oscuro y lúpulo picante. En boca se aprecia el amargor del lúpulo, al que se superponen la suavidad de la malta y un sabor cada vez más intenso a toffee, con notas de fruta procedentes de maltas tostadas más oscuras. El final es agridulce en principio para luego pasar a ser seco y amargo con cierta acidez, mientras que su carácter cremoso recuerda al de una milk stout con la persistente suavidad del café. Se trata de una cerveza que entra muy bien.
West Indies Porter (6%): Toques herbáceos y lúpulo picante, con claras notas de toffee, regaliz y café procedentes de maltas más oscuras. En el paladar presenta un sutil equilibrio entre los granos tostados del café expresso y el amargor del lúpulo, con notas persistentes de toffee y regaliz. El final es dulce en principio para luego adoptar el amargor de la fruta tostada, el café y el lúpulo, con un constante equilibrio entre malta cremosa y regaliz. Sabor refrescante y con mucho cuerpo.