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La empresa jerezana Montesierra presenta su nueva identidad corporativa en el Salón Gourmets y recuerda sus orígenes desde que abriera en 1925, en Salamanca, su primera fábrica de jamones. Hoy es la quinta generación la que ha tomado las riendas de la gestión de la compañía.
La empresa jerezana Montesierra está en 2025 de celebración: cumple 100 años y lo hace renovando su identidad corporativa y la imagen de sus productos. El escenario elegido ha sido Salón Gourmets, que se está celebrando estos días en el recinto ferial IFEMA de Madrid, y que ha contado con la presencia de medios de comunicación, clientes y distribuidores.
Montesierra participa con stand propio (8D19) en el Salón Gourmets por primera vez, y tanto el diseño del stand como la nueva imagen corporativa que destaca por ser limpia, elegante y con un código de colores que segmenta los productos en función de la norma de calidad del ibérico. Una porpuesta obra del estudio gaditano Ideólogo.
El centenario de Montesierra supone también la consolidación del relevo en la dirección de la empresa jerezana. La primera fábrica abrió sus puertas en 1925, y estaba situada en Villar de Gallimazo, un pequeño pueblo de la provincia de Salamanca. Al frente, Teodoro Martín. Cien años después es la quinta generación la que ha tomado las riendas del negocio. José Manuel y Loreto Martín Villar, como director general y directora de Marketing respectivamente, son las personas al frente de la compañía, tras varios años trabajando codo con codo con su padre, José Manuel Martín Álvarez-Cedrón.
Para José Manuel Martín Villar “es un motivo de orgullo, pero también una responsabilidad enorme, dirigir una empresa como Montesierra, porque el listón que deja mi padre y que dejaron a su vez las generaciones anteriores es muy alto”, explica el director general. Entre los planes de futuro, “apostar por la internacionalización de la compañía y las exportaciones, potenciar nuestro ecommerce y consolidar la marca Montesierra como un referente a nivel nacional”, cuenta.
Hoy, Montesierra es un grupo empresarial formado por 150 empleados, una facturación de más de 30 millones de euros y 40.000 metros cuadrados de instalaciones, entre secaderos, fábricas, granja y sedes corporativas. Sus marcas más representativas son Montesierra, Martín Hierro y Cúyar.