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Las Marcas de Fabricante (MDF) se consolidan como una palanca contra la despoblación, ubicando el 40% de sus centros de producción en municipios de menos de 20.000 habitantes, y convirtiéndose así en un elemento clave para la supervivencia de estos territorios.
La presencia de las marcas de fabricante no solo se traduce en la creación de puestos de trabajo, alcanzando los 175.000 empleos generados en la España rural según el último estudio ‘Impacto Económico y Social de las Marcas de Fabricante en el Sector de Gran Consumo en España’ presentado por Toni Seijo, director de las áreas de Evaluación Publicitaria y Marca y de Medición de Audiencias de Ipsos España; y Javier Roza, secretario de Promarca; sino también en un impacto positivo en el tejido social y económico de estas zonas.
La presencia de las Marcas de Fabricante en la España rural se extiende por toda la geografía, contribuyendo al desarrollo económico de diversas comunidades autónomas.
Las Marcas de Fabricante se encuentra por todo el territorio español. Sin embargo, cabe destacar que el 40% de sus centros de producción se encuentran en localidades de menos de 20.000 habitantes, que son un ejemplo del desarrollo impulsado por su presencia, generando un efecto multiplicador en la economía local, dinamizando otros sectores y contribuyendo a la fijación de población:
En primer lugar, el norte de España se presenta como un territorio perfecto para la implantación de las Marcas de Fabricante. Desde Galicia hasta Navarra, pasando por Asturias, Cantabria y País Vasco, múltiples compañías han encontrado un entorno propicio para implantar sus centros de producción:
Siguiendo con la zona del Mediterráneo, Cataluña es la comunidad autónoma con mayor presencia de las Marcas de Fabricante; y la Comunidad Valenciana y la Región de Murcia, también cuentan con la presencia de compañías del sector alimentario como Danone, Dr. Oetker y Hero; y de la industria química y cosmética, como Henkel y L’Oreal:
En las dos Castillas, caracterizadas por su importante tradición agrícola e industrial, las Marcas de Fabricante, especialmente en el sector agroalimentario, han aprovechado la riqueza de los recursos naturales de las diferentes zonas:
Las pequeñas localidades de la Comunidad de Madrid, aunque su enfoque principal no es el sector primario como en otras regiones, son elegidas por empresas como Danone y L’Oreal para ubicar sus centros de producción, aprovechando su ubicación estratégica.
Andalucía es un caso particular, ya que todas las Marcas de Fabricante que han ubicado sus centros de producción en sus localidades se dedican a la producción de alimentación y bebidas:
Por último, las Islas Canarias, a pesar de su insularidad, no son ajenas a la implantación de las Marcas de Fabricante, y empresas como Adam Foods, y L’Oreal han establecido sus centros de producción, aprovechando las particularidades de cada archipiélago.
Según Javier Roza, “las Marcas de Fabricante son un motor esencial para el desarrollo económico y social de la España rural. Su inversión no solo genera empleo de calidad, sino que también contribuye a la dinamización de estos territorios y a la lucha contra la despoblación, trabajando de la mano con las comunidades locales. Porque no se trata solo de generar riqueza, sino de ofrecer un futuro a las familias que viven en el medio rural.”