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La campaña para promocionar la Almendra Europea se llevará en conjunto entre España y Portugal. Además, se ha presentado un sello que avala su calidad y sotenibilidad como "Producto Ibérico".
Al igual que la candidatura para el Mundial de Fútbol 2030, la almendra europea también ha conseguido que Portugal y España se unan para destacar su enorme calidad y la sostenibilidad de su cultivo, dentro de una campaña de tres años de duración que marcará el futuro del sector.
Se trata de un ambicioso proyecto, cofinanciado por la UE, y que han puesto en marcha las asociaciones del ramo en ambos países: SAB-Almendrave en España y Centro Nacional de Competências dos Frutos Secos (CNCFS).
La idea es promocionar la almendra europea en cuatro de sus principales mercados europeos: Alemania (un gran centro de fabricación de chocolates con almendra) y Francia (el mayor consumidor de harina de almendra), además de las propias Portugal y España. Juntos, estos últimos países no solo constituyen la segunda potencia mundial en producción de almendra y el segundo exportador, sino que también cuentan con algunas de las cifras de consumo per cápita más altas del planeta.
Los presidentes de las dos asociaciones, Pere Ferré (SAB-Almendrave) y Albino Bento (CNCFS), han sido los encargados de presentar sus líneas clave en un evento semipresencial que ha tenido lugar en el Casino Primitivo de Albacete, en el marco del VIII Encuentro de la Almendra y la Avellana, pero que ha reunido a prensa de los cuatro países por medio de videoconferencia.
El acto ha servido para mostrar por primera vez el spot de la campaña y un sello que la identifica como ‘producto ibérico’, y que permitirá transmitir sus valores más representativos. Como el compromiso en la lucha contra el abandono del medio rural, puesto que el cultivo de la almendra en la Península ayuda a fijar población en estas zonas, repartiendo la riqueza de manera más equilibrada en todo el territorio.
Una unión entre dos sectores clave para las zonas rurales de España y Portugal, que sin duda logrará estrechar aún más si cabe los lazos (culturales, económicos y gastronómicos, entre otros) que ya existen entre los dos países.
"La almendra europea es el ejemplo perfecto de agricultura de bajo impacto", ha destacado Pere Ferré, presidente de SAB-Almendrave. "Hace un uso responsable del agua, gracias a que el 85% de las explotaciones están en secano, y las que están en regadío optan cada vez más por el riego a demanda; y las casi 800.000 hectáreas de este árbol plantadas en la Península capturan una cantidad ingente de carbono, contribuyendo decisivamente a combatir el cambio climático, además de actuar como cortafuegos natural y herramienta contra la erosión del suelo".
En palabras de Albino Bento, presidente del CNCFS, "este fruto seco tiene potencial para convertirse en un icono ibérico. Por eso hemos decidido colaborar a ambos lados de la frontera, aunando esfuerzos para concienciar al público y, sobre todo, a los profesionales del sector, de la calidad y la sostenibilidad que distingue a la almendra con este origen".