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Si echamos un vistazo a las proyecciones tecnológicas que ya se encuentran en desarrollo, analizamos las tendencias globales y el contexto del mercado de los embalajes, podemos extraer una aproximación de lo que el futuro nos depara.
En la actualidad, elegir el embalaje adecuado puede suponer todo un reto tanto desde el punto de vista del proveedor como del cliente. No obstante, como veremos, en el futuro no será así. A continuación, compartimos contigo tres líneas de desarrollo que definirán el segmento a lo largo de la próxima década. ¡Toma nota!
A lo largo de los próximos años podremos ver una fusión más explícita entre la esfera de los productos de consumo y los servicios. Las propuestas de valor tienen cada vez más una naturaleza mixta en donde ya no sólo se ofrecen artículos como tal sino que, con ellos, se ofrecen experiencias que trascienden a la propia marca y cuyo objetivo es establecer unos vínculos más sólidos con los consumidores desde un prisma más emocional.
En esta línea, los procesos de elaboración de envases se verán profundamente alterados por un punto de inflexión en el que ya no tendrán cabida (o al menos, no demasiada) la producción de envases en masa, sino más bien, propuestas personalizadas a medida en función del tipo de contexto que rodee al producto en cuestión y a la experiencia que la marca desee proporcionar a cada usuario.
Durante los últimos años, la Realidad Aumentada ha ido cobrando un protagonismo creciente en prácticamente todos los segmentos de actividad. En el ámbito de los envases y el packaging también ejercerá una función importante con el objetivo de ofrecer dinámicas comunicativas interactivas y basadas en la retroalimentación.
Lo más probable es que durante la próxima década conozcamos unos envases configurados para que los consumidores puedan probar, analizar o interactuar con diferentes tipos de productos, así como acceder a diferentes juegos integrados dentro de los propios envases. Este tipo de estrategias no sólo irán dirigidas a incrementar la capacidad de pregnancia de las marcas sino, como hemos puntualizado en el epígrafe anterior, a incrementar el poso emocional inherente a los vínculos con la marca. Hace relativamente poco hemos podido ver cómo la marca de gafas Afflelou introdujo este tipo de recursos sirviéndose de su plataforma online obteniendo un buen feedback por parte de sus usuarios.
Uno de los grandes puntos fuertes que posee la Realidad Aumentada, es su capacidad para modular las experiencias de interacción en función de las necesidades y preferencias de cada consumidor.
La transición verde será uno de los agentes de cambio inevitables. Su arraigo dará paso a un cambio de paradigma en los procesos productivos, pero también en la forma de percibir los embalajes y los envases desde el punto de vista del consumidor. Las fórmulas de corte ecológico gozarán de un posicionamiento creciente hasta el punto de convertirse en factores de decisión perentorios durante los procesos de compra. En un contexto cada vez más responsable desde el punto de vista social con consumidores mejor informados y más concienciados, las fórmulas respetuosas con el medio ambiente (sobre todo en segmentos específicos como el de la alimentación) se convertirán en un auténtico reclamo.
Una de las aportaciones fundamentales del ecodiseño es la minimización de la materia prima requerida para la elaboración de envases. El minimalismo, la funcionalidad y las alternativas más portátiles serán pautas clave y estarán orientadas a la reducción de la huella de carbono.
Por otro lado, se implementarán materiales de tipo biodegradable como el PLA y, surgirán otros nuevos modelos biodegradables y desarrollados a partir de componentes 100% reciclables.
Desde la perspectiva del cliente, un packaging se considera inteligente cuando hace la vida más fácil. No sólo en términos de funcionalidad (por ejemplo, a partir de propuestas reutilizables o que pueden tener una segunda vida adoptando funciones secundarias) sino, también en términos de seguridad. A este nivel, encontraremos una integración cada vez más acuciada de resortes tecnológicos como los chips impresos o la nanotecnología.
Las previsiones indican que sólo durante el año 2024, los ingresos generados a través de envases inteligentes alcanzarán los 26,7 billones de euros.
El segmento de la nanotecnología está sufriendo un auge sin precedentes y ya podemos verlos en soluciones bastante accesibles en el mercado como, por ejemplo, en los recubrimientos anti-huella.
Otra de las líneas de aplicación de la nanotecnología es la creación de bio-nanocompuestos que, contribuirán a la conversión de envases hacia diseños completamente biodegradables.
Además de ello, también encontraremos importantes integraciones como, por ejemplo, los sistemas de protección antirrobo o la conectividad a Internet.
Por su parte, los chips impresos se componen de mecanismos microscópicos capaces de generar fuentes de energía mediante el uso de sensores o pantallas. Esta tecnología nos permitirá llevar el embalaje al siguiente nivel en materia de interacción a través de LEDs inteligentes.