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El proyecto Smart Essence 4 Kids trabaja con nuevas técnicas de análisis del mercado como la neurociencia y ha sido posible gracias a la financiación recibida por el programa de apoyo a las Agrupaciones Empresariales Innovadoras del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, para la mejora competitiva de las pymes implicadas.
En el contexto del comienzo de la pandemia mundial causada por Covid-19, empezamos a incorporar la mascarilla en nuestro día a día, convirtiéndose en el complemento indispensable de nuestra socialización limitada. Un complemento de protección que los niños y jóvenes también han tenido que aprender a utilizar. Es así como el Grupo Cooperativo TEB, manipulador y envasador de producto, y el fabricante de aromas y fragancias Carinsa, empezaron a trabajar en un producto que pudiera mejorar la experiencia de uso y la interacción de los usuarios con la mascarilla, y hacer el proceso de adaptación más llevadero: nace así el aromatizador de mascarillas.
Dado el potencial del producto, se decidió colaborar con entidades representantes de ambos sectores implicados, el del packaging y el infantil, junto al Packaging Cluster y KID’s Cluster, para estudiar el lanzamiento del nuevo producto a través de nuevas técnicas de análisis del mercado, y testar la solución acompañados del fabricante Sentinel, que analizaría la aceptabilidad del aromatizador en la mascarilla, y Abacus, retailer conectado al consumidor. Smart Essence 4 Kids es el proyecto que une cada uno de estos partners para conocer cómo aumentar el impacto de un nuevo lanzamiento gracias a nuevas tecnologías y sistemas como la neurociencia.
En el mes de marzo finalizó el proyecto Smart Essence 4 Kids, una iniciativa que pretende conectar la cadena de valor infantil y la del packaging para generar un impacto positivo en las emociones de los jóvenes con el diseño, fabricación, distribución y aplicación de un producto aromático para mascarillas. Se crea, por tanto, una prueba piloto de pulverizador con cuatro opciones de aromas: menta, fresas con nata, melocotón y piña colada.
Para conocer la respuesta del público al nuevo producto se hicieron dos análisis: por un lado, un estudio del consumidor final con niños y niñas previamente seleccionados, que interactuaban con el producto a modo de unboxing, como vemos en plataformas como Instagram o Youtube. Y, por otro, un estudio neuronal como complementación, en el que se analizaba la respuesta cerebral cuando se olía el producto, para saber las sensaciones objetivas que producía cada esencia.
Estas respuestas han permitido conocer mucho mejor el producto y la interacción con el mismo, afinando la personalización del aromatizador a las necesidades actuales de las nuevas generaciones. Asimismo, con la inserción de un QR en el etiquetado del envase, se creará una nueva vía de comunicación y feedback de los usuarios con respecto al producto.
El hecho de que sea un proyecto colaborativo entre diferentes agentes ha permitido compartir conclusiones en clave de innovación abierta, nuevos sistemas que permitirán dar un paso más en la gestión de datos y nuevas tecnologías en apoyo a la Industria 4.0.
La innovación y la digitalización inciden directamente sobre la productividad y competitividad de las empresas, condición necesaria para su crecimiento sostenido y su mejora continua, motivo por el cual es preciso que desde los clústeres se diseñen procesos y se impulsen proyectos colaborativos como Smart Essence 4 Kids que empujen a las empresas, especialmente las PYMES, hacia la innovación, la digitalización y la transformación tecnológica.