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La iniciativa de Embutidos España ha logrado hasta el momento emocionar a más de 300 personas en todo el país. “Héroes Anónimos” busca reconocer a personas anónimas que han realizado acciones voluntarias en tiempos de pandemia con el único afán de ayudar a la sociedad en estos meses tan difíciles, y que consiste en regalar un pack de embutidos diseñado especialmente para esta acción. Estas historias son propuestas por personas también anónimas a través de las redes sociales de Embutidos España.
Miguel Ángel España, gerente de Embutidos España, reconoce que “la gran acogida de la campaña por parte de las personas nos tiene realmente abrumados. Leer cartas que han llegado de diversos puntos de España, incluyendo por ejemplo las Islas Canarias, contando de manera emocionada historias de personas que han actuado de manera voluntaria en pandemia aportando con medios propios lo mejor de sí para la sociedad, es un claro signo de éxito en esta acción. Nuestro único objetivo era aportar nuestro grano de arena en la sociedad, y lo hemos conseguido”.
La empresa manchega también ofrece el pack a la venta a través de su tienda online con opción de personalización del mensaje dirigido al Héroe Anónimo que queramos reconocer. Además, en línea con su estrategia de Responsabilidad Social Corporativa, el 10% de las ventas generadas por la adquisición de estos packs para regalo, se destinarán a la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL).
Embutidos España ha habilitado de manera exclusiva una furgoneta para realizar parte de las entregas de los packs de manera personal a los Héroes Anónimos. La llegada del vehículo, rotulado específicamente para la campaña, a cada destino, provoca que los propios vecinos de los pueblos se acerquen para contar nuevas historias de sus héroes más cercanos, ensalzando más si cabe el trasfondo emocional de esta acción.
Son historias protagonizadas por héroes como Carmen, de Madrid. Una mujer que, aún siendo grupo de riesgo por una cardiopatía, se ofreció como voluntaria en un espacio de ayuda a familias en riesgo de exclusión. Gracias a su labor, más de 1.500 familias pudieron acceder a tener comida durante la pandemia.
O las cuidadoras de la residencia de Villasarte de Montija, en Burgos, que se encerraron voluntariamente en la residencia de ancianos durante más de 50 días para asegurar la salud de todos los residentes.
Y Mari Carmen, al frente de una empresa de catering que tuvo que cerrar en pleno confinamiento, pero que dedicó su tiempo en fabricar batas de protección para los hospitales de Madrid. Además, Mari Carmen, consiguió reunir a cientos de personas a través de Facebook con las que logró montar una verdadera red de aprovisionamiento cuando escaseaban los EPIS en los hospitales.