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Este segmento gasta 172 euros más al año en llenar la despensa que el resto de hogares, según se hacen eco los expertos Neus Soler y Juan Carlos Gázquez, de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC)
El consumidor sénior, o mayor de 65 años, se convertirá en el público objetivo más importante para las grandes marcas generalistas en las próximas décadas. De hecho, ya lo son. Sus hogares dedican 4.271 euros al año a llenar la despensa, 172 euros más que los hogares de menores de 65 años, según afirma un informe de Kantar Media. De acuerdo con las predicciones, en 2030 podrían generar 4 de cada 10 euros del mercado. "Es el segmento que más crecerá demográficamente y además tiene un poder adquisitivo mayor porque suelen haberse liberado de cargas como la hipoteca o el mantenimiento de los hijos", afirma Neus Soler, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC y experta en marketing. Según un estudio de Cetelem de 2016, el 68% es propietario de sus viviendas y solo el 20% todavía la está pagando. «Son un segmento amplio, con mayor esperanza de vida e interesante para las marcas, pues están dispuestos a pagar más por ellas», explica Soler.
"El crecimiento del mercado dependerá, en una parte importante, de estos hogares y, de hecho, actualmente ya es así", confirma Juan Carlos Gázquez, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC. En España, este grupo llega casi a los nueve millones de personas, según el Instituto Nacional de Estadística. "Las predicciones afirman que la pirámide demográfica se está invirtiendo, hecho que contribuirá a que las empresas vean a este público objetivo como una oportunidad de oro", explica Gázquez.
Una de las características principales de este grupo es su preocupación por la salud. "Están más concienciados por cuidarse y por eso incluyen una serie de productos “prescritos” para complementar su alimentación (complementos vitamínicos, lácteos para mantener la densidad ósea, productos anticolesterol, etc.)", explica Soler. Al estar jubilados, disponen de tiempo libre para incluir más actividades en su rutina diaria y comprar con más calma. Según Gázquez, sus cestas de la compra se caracterizan por ser pequeñas pero muy frecuentes, compran formatos y envases individuales o de menor tamaño y son menos propensos a las promociones. "Optan por más productos frescos y específicos, que son más caros, y por marcas del fabricante, que se entienden como de mayor calidad" afirma Soler.
Para sus compras eligen tiendas de proximidad especializadas y supermercados. "Quieren establecimientos más cómodos, con pasillos más anchos y con estanterías de menor altura para poder alcanzar cómodamente los productos", puntualiza Gázquez. El hecho de no tener a los hijos en casa les permite no tener que aplicar un control tan rígido sobre la economía doméstica y poder destinar una parte del dinero a la compra de productos de calidad.
El estudio demuestra que, aunque muchos mayores de 65 años comparten hábitos y preocupaciones, no todos se rigen por los mismos patrones.