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La cuesta de enero hace que pollo, pescado, junto con frutas y verduras de temporada "triunfen" en la cesta de la compra. Según Asedas, la distribución de proximidad es capaz de ofrecer precios hasta 5 puntos por debajo de la media europea.
Enero trae consigo una vuelta a los básicos en cuanto a compras de alimentación. En los últimos tres años en este mes se registró un alza media en el consumo de la carne de pollo de unos 2.700 miles de kilos, según datos del Observatorio de Consumo Alimentario en el Hogar del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, y en el pescado con ventas de unos 390 miles de kilos más que en diciembre. Por su parte, las hortalizas frescas en general incrementan también su consumo en torno a los 21.000 miles de kilos en enero, con especial protagonismo de los tomates, los pimientos y las judías verdes; lo mismo ocurre con las frutas, con un alza en las ventas de aproximadamente 20.000 miles de kilos: naranjas, plátanos, manzanas y peras son las estrellas de la sección de frutería en estas fechas. Por su parte, las legumbres también experimentan un importante incremento de ventas en enero, que alcanza de media los 2.400 miles de kilos.
El binomio precio/calidad es un factor clave en la decisión de compra de los consumidores españoles y que, además, determina el éxito del supermercado de proximidad. A ellos se suman otros como la variedad, la seguridad alimentaria y, por supuesto, la ubicación. En el periodo conocido como la cuesta de enero, es importante destacar que los precios de alimentación en España están 5 puntos por debajo de la media de la UE-28, según el último Eurobarómetro.
“La alta eficiencia de la distribución de proximidad en España determina su capacidad para ofrecer precios muy competitivos. La gestión del surtido, las relaciones estables entre distribución y producción, el equilibrio entre formatos y la amplia oferta en cuanto a enseñas son algunos de los factores que contribuyen a ello”, dijo Ignacio García Magarzo, director general de Asedas.