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La confianza de los consumidores creció ligeramente en el primer semestre del año hasta los 92 puntos, uno por encima de la registrada en el mismo periodo de 2017, según el último Estudio Global de Confianza de los Consumidores elaborado por The Conference Board en colaboración con Nielsen.
El empleo es de nuevo el motor de la confianza del consumo. Y es que el paro en España disminuyó en casi un punto y medio en el segundo trimestre del ejercicio. De hecho, uno de cada tres españoles confía en que de aquí a doce meses su situación laboral será buena, si bien más de un 60% considera que el país seguirá en recesión para entonces. Además, las buenas expectativas respecto a sus finanzas personales son mayoría, ya que más de la mitad (54%) ve con optimismo el estado de su tesorería a corto plazo.
Todo ello confiere un buen escenario para el consumo, en tanto un 47% considera que el actual es un buen momento para la compra de aquellos productos o servicios que quieren o necesitan. A la vista está la recuperación del mercado inmobiliario, el aumento de los precios del alquiler de viviendas por la demanda o las buenas cifras de matriculaciones de vehículos.
La situación económica del país ocupa el primer puesto entre las preocupaciones de los españoles, en tanto casi uno de cada tres lo ven como el principal problema superando al empleo (29%). Esta preocupación por la economía del país viene acompañada de la inestabilidad política del momento, debido al cambio de gobierno propiciado por una moción de censura.
Cabe destacar también la menor preocupación por el terrorismo, que cayó 18 puntos porcentuales hasta el 11% respecto al primer semestre de 2017, cuando los atentados se sucedían con mayor frecuencia en el continente europeo.
No obstante, a pesar de la preocupación por la economía y el trabajo, lo cierto es que actualmente son menos los españoles que aseguran haber cambiado sus hábitos de consumo para ahorrar en el presupuesto doméstico. Así, si hace un año el 70% aplicaba austeridad en su gasto, ahora es un 65%, cinco puntos menos.
En este sentido, tratar de ahorrar en la factura de la luz y del gas y reducir el ocio fuera de casa son las principales medidas que aplican los españoles en su economía doméstica, ya que más de la mitad las pone en marcha. Además, un 44% reconoce gastar también menos en ropa nueva.
Según el director general de Nielsen para el Sur de Europa, Roberto Pedretti, “España aún tiene deberes en materia de empleo, que es el principal impulsor del consumo, pero no debemos olvidar la necesidad de mejorar los salarios y la renta disponible, que es el otro gran reto sobre la mesa, especialmente en un momento en el que se están encareciendo básicos como la alimentación, la luz o la vivienda y, por tanto, se reduce la capacidad de gasto”.