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El lineal transmite ideas sobre productos y marcas, no podemos olvidar que un porcentaje alto de las decisiones de compra se hacen frente a él. Un planograma puede ser vital para crear una presentación ordenada y estratégica, según Francesc Máñez, CEO de Qmax Consulting.
El lineal de una tienda transmite ideas, informa, acerca los productos y las marcas al consumidor. Cabe recordar que un porcentaje muy alto de las decisiones de compra se toman frente al lineal, tal y como explica Francesc Máñez, CEO de Qmax Consulting. Para poder plasmar estos conceptos, el planograma ayuda a la difusión de estrategias a todos los niveles. El trade, compradores, merchandisers o los equipos de ventas en tienda comparten una estrategia plasmada en un diseño analítico: se expresa qué se quiere hacer, cómo, quién… en un proceso de co-creación interno muy interesante.
El planograma contribuye a la optimización y organización del espacio: compactación, presentación ordenada, distribución de módulos, niveles de implantación, facings… todos los criterios del merchandising de gestión se pueden aplicar de forma sistematizada.
Pensemos que no es un simple dibujo “plano”. El planograma ofrece una visión 3D donde la profundidad juega un papel muy importante para adecuar el stock a la cobertura, a los días de reposición o a las expectativas de venta.
¿Cómo crear un planograma de nuestra tienda?
En la fase de presentación de la propuesta, el diseño debe ser preciso, detallado y flexible. Con el planograma, los errores de implantación –productos que no caben, PLV que tapan la visión, material técnico inadecuado– se reducen prácticamente a cero. Además, los cambios y pruebas son más fáciles y rápidos de realizar. Sin necesidad de disponer de un showroom, se realizan múltiples propuestas, test…
Al tratarse de un diseño visual (en 2D y 3D) podemos incorporar todo tipo de elementos comunicativos (cartelería, PLV, digital signage, etiquetas, colores…) que permitirán ver el resultado previo, sin inversión ni molestias en el punto de venta.
Ya en tienda, es posible ahorrar hasta un 54% en el tiempo de montaje de nuevas tiendas con planogramas frente a las que no los utilizan. Esto puede variar dependiendo del sector pero, partiendo de propias experiencias, podemos hablar sin lugar a dudas de más de una media de mejora del 30% del tiempo de montaje... lo cual ya es significativo.
Más allá de las ventas o rotación
El planograma del punto de venta hace posible la extracción e integración de indicadores de gestión de espacio que permiten nuevos cálculos de rentabilidad, que van mucho más allá de las ventas o la rotación: el retorno de la inversión por metros lineales, por niveles, por módulos, índice de optimización, stock mínimo-máximo, etc. Un nuevo “universo” de datos que, convenientemente tratados, se transforman en conocimiento para crear valor.
En resumen, el planograma es, sin duda, una potente herramienta de gestión del lineal. Un plan de planogramación no es fácil de desarrollar: se necesita de metodología, voluntad y mucha paciencia. También exige de orden y disciplina para su cumplimiento… y sobre todo de equipos comprometidos, capacitados y con los recursos adecuados a su disposición. Es un reto para las organizaciones que miran a un futuro desafiante. Una inversión, quizá, decisiva. Pero como toda buena inversión, siempre retorna valor.