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El sistema wireles sensors networks (WSNs), desarrollado por Grupo Matarromera en consorcio europeo en el proyecto Agrisensact, consolida un proceso de detección de nuevos parámetros a través de sondas de sensores y para la toma de decisiones productivas.
Grupo Matarromera está desarrollando, junto con otras cinco empresas y centros de investigación europeos, el proyecto Agrisensact para desarrollar y producir un sensor inalámbrico que permita mejorar la gestión de los cultivos, maximizar su producción y rentabilidad y poder corregir o minimizar posibles deficiencias o riesgos del suelo.
Esta actuación supone una evolución en la denominada agricultura de precisión, considerada como el avance más significativo desde la llegada de la mecanización agrícola, ya que, por primera vez, se podrá detectar, con sensores inalámbricos, parámetros que ofrezcan datos sensibles para la toma en remoto de decisiones productivas, tanto en el conocimiento de la cantidad correcta de fertilizantes que necesita un cultivo en un momento determinado como en el volumen y momento óptimo del riego por agua.
Este proyecto de colaboración, que se desarrollará hasta febrero de 2016, pertenece al 7º Programa Marco de la Unión Europea y se traducirá en un ahorro económico y un menor impacto ambiental, teniendo en cuenta que la agricultura consume casi el 70% de agua dulce disponible en el mundo, según la Organización para las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Sensores inalámbricos en Ribera de Duero
Hasta el momento se han utilizado sensores inalámbricos para determinar parámetros como el riego, controlarlo y liberar una cantidad de agua estrictamente controlado en un determinado lugar que lo necesite. Este proyecto da un paso más y avanza en la captación de otros parámetros, como temperatura, pH o nitrógeno, para una adecuada fertilización del suelo mediante la agricultura de precisión.
Con una inversión de 1.323.000 euros, participan las siguientes empresas y centros de investigación: Grandesign, el Instituto Pedro Nunes e Isa Energy, de Portugal; Advamat, de la República Checa; KTH, de Suecia; y la empresa Matarromera, que ha invertido el 20% del total del importe (257.000 euros) en el mismo. Actualmente existe un prototipo de dicho sensor en uno de las mejores parcelas de Grupo Matarromera en la Ribera del Duero, Pago de las Solanas.