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El Eurobarómetro de marzo deja claro que a los europeos nos preocupa conocer de dónde llegan los alimentos que consumimos, sobre todo lácteos y carnes frescas. Recelamos de leyendas del tipo ´Procedente de la UE´ y demandamos el país concreto donde ha sido producido el artículo, según advierte la OCU.
A los europeos nos preocupa conocer el origen de los alimentos que consumimos, sobre todo lácteos y carnes frescas. Es lo que se deduce del Eurobarómetro de marzo, que se ha centrado en los europeos, la agricultura y la Política Agraria Común (PAC). Estos datos que aporta el Eurobarómetro son similares a los ya obtenidos por OCU en un estudio publicado en enero de 2013.
Según recalca esta agrupación, el informe europeo constata que el 84% de los europeos quiere saber de dónde procede la leche y los productos lácteos elaborados y el 77% desea conocer dónde han sido elaborados. "Los europeos recelamos de leyendas del tipo UE y demandamos el país concreto de la Unión Europea donde ha sido producido el artículo", indican desde la OCU.
En esta encuesta se recordaba a los participantes que la indicación del origen ya es obligatoria para el vacuno y va a serlo en breve para otras carnes, como cerdo, pollo, cordero y cabra. El 88% entendía que esta obligación debía extenderse también a más carnes, como el conejo o el ciervo.
Qué es el origen
Preguntados sobre qué entendían por origen, el 83% de los entrevistados aseguró que se trataba del lugar donde el animal fue criado, pues era ésa la información que ellos demandaban. En menor porcentaje les preocupaba dónde se procede al sacrificio, el 62%, mientras que menos de la mitad de los participantes quería saber dónde había nacido el animal. Los cuestionados en este Eurobarómetro coincidían con el estudio de OCU en cuanto a que estarían dispuestos a pagar entre un 1% y un 2% más por disponer de esta información.
Junto con la Organización de Consumidores Europea (BEUC), la OCU lucha para que la indicación de origen de los alimentos tenga el mayor alcance posible, y no únicamente en productos frescos, también en procesados. Recuerdan que un alto porcentaje del pollo y la carne puede entrar a Europa congelado procedente de países como China, Brasil o Tailandia, destinada a productos como nugets de pollo, salchichas o platos preparados. Por ello, también considera prioritaria esta información.