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Los responsables de las cadenas de suministro y los almacenes se enfrentan a numerosos retos: desde la reducción del personal cualificado y el aumento de los costes empresariales hasta los cambios en las exigencias normativas y en las expectativas de los consumidores, además de los problemas de suministro y transporte provocados por las tensiones geopolíticas.
Los expertos prevén que, si durante los últimos años ha dominado un clima empresarial cada vez más complicado, 2025 parece continuar con la tendencia. Como indican los pronósticos de Deloitte para 2025 en el sector de la fabricación, «se espera que los fabricantes continúen enfrentándose a un clima empresarial difícil e incierto debido a una combinación de factores: costes más elevados, posibles cambios en las políticas tras los resultados electorales de EE. UU. e internacionales, y a la incertidumbre geopolítica.
La tecnología inteligente y la automatización pueden ayudar a los responsables de los almacenes a cumplir objetivos más amplios de trazabilidad de la cadena de suministro. Así lo explican Toby Odlin, Head of Group Logistics and Supply Chain Projects y Andreas Olsson, Global Sector Manager – Logistics and Distribution de Domino Printing Sciences, junto con Paul Stinson, Sales Director de Lake Image Systems.
Se espera que los costes de materias primas y recursos aumenten, lo que también encarecerá el coste de las operaciones empresariales; además, encontrar y mantener trabajadores cualificados seguirá resultando complicado. Los cambios en las políticas que se esperan tras los resultados electorales en todo el mundo y otros eventos geopolíticos también pueden afectar a las cadenas de suministro, la demanda y las inversiones a largo plazo en la fabricación. Asimismo, los cambios en las políticas arancelarias y de comercialización podrían perjudicar a la normativa internacional, lo que aumentaría los costes de materias primas y componentes, y el efecto dominó llegaría a la cadena de suministro.
Al mismo tiempo, las expectativas de los consumidores en cuanto a tiempos de entrega más rápidos, capacidades de distribución al «estilo Amazon» y cadenas de suministro más transparentes añaden presión a sus responsables.
La complejidad de las interdependencias está llevando a las empresas a buscar formas de aumentar la productividad y hacer más con menos: producir y enviar los bienes más rápido sin aumentar los costes. Esto requiere agilidad y eficiencia en las operaciones, flujos de trabajo optimizados y visibilidad del suministro casi en tiempo real, una gestión eficaz de las interrupciones y la escasez, y una ejecución de los pedidos fluida y transparente.
Las empresas han estado invirtiendo en la automatización de almacenes durante décadas: han empleado tecnologías para automatizar procesos rutinarios, repetitivos y manuales como los de selección, paletización, introducción de datos, transferencia y análisis, inventariado, control de calidad y envío.
Esta tendencia ha aumentado significativamente durante los últimos años con los avances tecnológicos. En 2023, el 60% de los responsables de almacenes afirmó tener previsto el aumento del presupuesto para la automatización en un 20% para 2024, mientras que, a nivel global, se espera que el mercado de la automatización en almacenes aumente de los 19.900 millones USD de 2022 a 54.600 millones USD en 2030. De forma similar, el sector de la robótica en almacenes está creciendo a una tasa del 20-25 % anual, según Statista, mientras que McKinsey informa de que se espera que los envíos robotizados aumenten más de un 50 % al año hasta 2030.
Las ventajas de la automatización en almacenes son significativas. Entre ellas se incluyen la reducción del error humano, el aumento de la productividad y la eficiencia y, sobre todo, el acceso a los datos en tiempo real para conocer lo que sucede tanto en el almacén como en toda la cadena de suministro, de principio a fin. De hecho, son los datos en tiempo real los que conectan y forman la base de las soluciones a los retos operativos a los que se enfrentan los líderes hoy día.
Los sistemas de gestión de almacenes, o WMS por sus siglas en inglés, son el centro de este tipo de automatización. Para aumentar la productividad con éxito y de forma integral, optimizar la agilidad y la eficiencia operativa, y satisfacer las demandas de los consumidores y los organismos reguladores, las empresas deben garantizar que los WMS reciben, procesan y emiten los datos correctos.
Los códigos legibles por máquina y las tecnologías de identificación, incluidos los códigos QR impulsados por GS1, los códigos de barras y las etiquetas RFID, pueden ayudar a facilitar los flujos de datos desde la línea de producción hasta el almacén. Al mismo tiempo, pueden utilizarse sistemas de visión no solo para verificar la precisión de los códigos, sino también para garantizar una transferencia de datos fiable y una clasificación de productos eficaz.
Dentro del almacén, los escáneres automatizados de códigos de barras y RFID también favorecen aún más la transferencia de datos, lo que acelera el inventariado y permite la trazabilidad de los productos que transitan por el sistema. Los responsables de almacenes también pueden decidir utilizar robots, robots colaborativos o «cobots», y equipos seguros de impresión y aplicación de etiquetas para asistir a los trabajadores en tareas rutinarias como el envasado, la selección, la clasificación y el etiquetado de palés, lo que optimiza los procesos y reduce el riesgo de daños. Todo esto se puede complementar con numerosas y variadas tecnologías inteligentes, como los sistemas de codificación y marcaje adaptativos, los sistemas de dimensionado de palés y paquetes, y los sistemas de visión de altura variable equipados con lentes «líquidas», que gestionan distintos tamaños de paquetes y garantizan unas medidas precisas para conseguir envíos eficientes.
Cuando se integren adecuadamente, los sistemas y las tecnologías inteligentes empleados en la línea de producción y en las soluciones de automatización de almacenes se complementarán entre sí y contribuirán a impulsar el flujo de datos hacia el almacén y más allá, hacia la cadena de suministro: un enlace crucial para obtener una trazabilidad completa de la cadena de suministro.
Dentro de los objetivos de automatización, los responsables deben tener en cuenta que, para alcanzar esta meta, la instalación debe ser inteligente y dinámica, en la que entren y salgan datos optimizados y en la que se incorpore el uso de inteligencia artificial (IA) y/o del aprendizaje automático para analizar patrones de datos, advertir posibles problemas futuros y seguir mejorando las operaciones.
Pero ¿cómo se llega hasta ese punto? EY cita que a nivel mundial fallan entre el 30 y el 50 % de los proyectos de automatización de procesos con robótica, y Gartner calcula que es probable que se abandone al menos el 30 % de los proyectos de IA generativa tras la prueba de concepto a finales de 2025; parece que tratar de identificar y abordar los obstáculos a tiempo resulta fundamental.
Las tres barreras citadas con mayor frecuencia en la automatización de almacenes son la escasez de planificación, la falta de integración y la preparación de los trabajadores. Las empresas necesitan planificar y avanzar con cautela, ya que un valor empresarial poco transparente y sistemas mal alineados o incompatibles darán lugar de manera inevitable a confusión en el entorno laboral, compartimentación de datos, falta de comunicación e incapacidad para hacer que la información fluya. Y, por supuesto, las organizaciones no deberían subestimar la importancia de la preparación de los trabajadores. El cambio a la automatización demandará tales habilidades digitales y tal familiarización con la información y los procesos que probablemente sea necesario actualizar las capacidades de los trabajadores de la línea de producción con formación tradicional antes de poder embarcarse en un proyecto de esta envergadura.
Los pasos fundamentales necesarios son:
En definitiva, de acuerdo a los expertos de Domino y Lake Image Systems especifican que los almacenes son el eje de las cadenas de suministro actuales; siendo el único punto en el que toman contacto las fases iniciales y finales de la cadena de suministro. De forma que garantizar la eficiencia, productividad y visibilidad operativa de estas instalaciones resulta fundamental para que las organizaciones puedan responder a las demandas empresariales modernas y satisfacerlas adecuadamente.