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En nuestro país, cerca de la mitad del parque de escaleras mecánicas y rampas fueron instaladas antes del año 2000. Esto significa que muchas operan con tecnología anticuada y obsoleta, lo que no solo incrementa el consumo energético, sino que también plantea desafíos en términos de seguridad y operatividad diaria. Hablamos de todo ello con Manuel Jiménez, Director de Modernizaciones e Ingeniería de Schindler Iberia.
A lo largo de los años, las escaleras mecánicas han cobrado un papel fundamental en la movilidad de espacios públicos de alto tránsito, como centros comerciales y estaciones de transporte. No obstante, en muchas ocasiones no mostramos la suficiente atención a la importancia de actualizarlas incorporando nuevas tecnologías y adaptándolos a los últimos estándares de seguridad. La falta de modernización provoca fallos y en consecuencia molestias tanto para los propietarios como para los usuarios.
Las decisiones sobre estas infraestructuras se demoran en ocasiones hasta que los problemas se vuelven críticos. Sin embargo, actualizar una escalera mecánica no es solo una medida preventiva, sino una inversión con retorno tangible. La eficiencia energética es una de las principales razones para dar este paso: las nuevas tecnologías pueden reducir el consumo eléctrico hasta en un 30%, optimizando el uso de recursos y disminuyendo la huella ambiental. Además, un equipo actualizado requiere menos intervenciones técnicas, lo que se traduce en menores costes operativos de reparación por averías.
Por otro lado, la adaptación de estos equipos a la normativa de seguridad UNE-EN 115-2, permite prevenir riesgos de seguridad como atrapamientos y caídas, un problema que puede darse con bastante frecuencia si además estos equipos no se mantienen adecuadamente. A esto se suma la experiencia del usuario: elementos como pasamanos ergonómicos y sistemas de iluminación mejoran la accesibilidad y el confort, haciendo que la movilidad en estos espacios sea más fluida y segura.
Existen tres formas principales de modernizar una escalera mecánica. La primera opción es la sustitución completa del equipo, ideal para aquellas unidades muy antiguas y en donde no tenemos un problema de accesibilidad. Esto permite instalar escaleras de última generación con mejoras en seguridad, eficiencia y comodidad, garantizando una solución a largo plazo con mayor tiempo de disponibilidad.
La segunda alternativa es la modernización parcial, que consiste en sustituir progresivamente componentes clave como cuadro de maniobra, grupo tractor… prolongando la vida útil sin interrumpir el funcionamiento regular del equipo. Este enfoque permite planificar durante varios años la adaptación de la escalera mecánica a las necesidades técnico-económicas del cliente sin tener que recurrir a una sustitución completa.
Y la tercera alternativa, es un punto intermedio entre la primera y la segunda opción para los casos donde buscamos tener una nueva escalera mecánica o rampa, pero por problemas de accesibilidad no podemos realizar dicha instalación. En esos casos, utilizamos nuestra solución innovadora InTruss®. Con InTruss®, conseguimos extraer por componentes la escalera mecánica o rampa existente manteniendo su chasis (tras ser inspeccionado cuidadosamente), para posteriormente montar un nuevo equipo dentro del chasis existente. Esta solución permite modernizar las escaleras mecánicas y rampas sin necesidad de realizar obras mayores, optimizando su operatividad con un impacto mínimo en la actividad diaria del espacio.
Impulsar la modernización de infraestructuras de movilidad no solo responde a un criterio técnico o económico, sino que también tiene implicaciones directas en la calidad de vida de los ciudadanos. La movilidad urbana eficiente depende de sistemas actualizados que garanticen seguridad, sostenibilidad y accesibilidad para todos.