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En una época donde la tecnología conecta al mundo de formas sin precedentes, las comunidades orientadas a gastronomía y alimentación han emergido como un fenómeno poderoso y transformador. Juan Parodi, co-fundador de Community Hackers, nos explica lo importante que es tenerlas en cuenta.
Como dice Carolyn Steel en su libro Sitopia, la comida es la base de nuestras vidas y sociedades, influyendo en cómo nos organizamos, cómo usamos nuestros recursos y cómo interactuamos con el medio ambiente y entre nosotros. Steel sostiene que la forma en que producimos, distribuimos y consumimos comida tiene un impacto profundo en nuestra salud y el planeta.
Ese impacto profundo también se da a través de las comunidades. Centradas en la gastronomía y el sector de alimentos y bebidas (F&B), no solo celebran la pasión por la comida, sino que también fomentan conexiones profundas y significativas entre individuos de diversas culturas y trasfondos. Son generadoras incansables de sobremesas, algo tan propio en nuestra cultura mediterránea. Nos producen un mayor bienestar.
Las comunidades gastronómicas tienen una habilidad única para unir a las personas. La comida, como lenguaje universal, trasciende las barreras lingüísticas y culturales. Ejemplo de ello es La Mesa Nos Une. Creamos esta iniciativa sabiendo que no hay nada mejor que reunir a personas alrededor de una mesa. Durante cada sesión -que hacemos una vez al mes- juntamos a personas que no se conocen, y buscamos la mayor diversidad posible. Cada mesa es diseñada al detalle. Durante la noche conocemos sus historias de vida y develamos los hilos invisibles que nos unen. En diferentes mesas hemos experimentado lágrimas, carcajadas incontenibles, y relatos tan impactantes que dejan sin palabras y hasta erizan la piel.
Este fenómeno no es exclusivo de mi experiencia personal. Las comunidades gastronómicas en todo el mundo ya sean en línea o presenciales, crean espacios donde la gente puede compartir, aprender y enseñar su amor por la comida. Desde grupos en redes sociales dedicados a la cocina vegana hasta clubes de vino que organizan catas virtuales, estas comunidades ofrecen un sentido de pertenencia y propósito. Como dijo el célebre periodista Michael Pollan, “la comida no es sólo combustible. La comida tiene que ver con la familia, con la comunidad, con la identidad. Y alimentamos todas esas cosas cuando comemos bien”.
En España, la tradición culinaria está profundamente arraigada en la cultura y la comunidad. Los txokos o sociedades gastronómicas del País Vasco son un ejemplo perfecto de cómo la comida puede unir a las personas. Estos txokos son clubes privados donde los miembros se reúnen para cocinar, comer y socializar. Fundados en el siglo XIX, los txokos representan una tradición que celebra la camaradería y el amor por la buena comida. Cada miembro contribuye con sus habilidades culinarias y, a menudo, se celebran competiciones amistosas para ver quién puede preparar el mejor plato.
Además de los txokos, las escuelas de cocina también juegan un papel crucial en la formación de comunidades gastronómicas en España. Escuelas como Le Cordon Bleu Madrid y Basque Culinary Center no solo enseñan técnicas culinarias avanzadas, sino que también fomentan un sentido de comunidad entre los estudiantes. Estos centros de aprendizaje se convierten en lugares donde futuros chefs y aficionados a la cocina pueden compartir su pasión, intercambiar ideas y formar lazos duraderos.
También están los clubes de vino en el panorama. Ejemplo de ello es Wine is Social, fundada en España por cuatro socios, es una comunidad que reúne a amantes del vino de todo el país. Hoy tiene más de 5,000 suscriptores. Se distingue por su enfoque interactivo y educativo, ofreciendo a sus miembros una amplia variedad de actividades como catas, maridajes y eventos exclusivos. Como dicen ellos, el vino se disfruta en plenitud cuando se comparte. Con su creciente base de seguidores, Wine is Social continúa elevando el arte y la cultura del vino a nuevas alturas en España.
En definitiva, la comida es mucho más que solo sustento; es una parte integral de la identidad cultural y social de una comunidad. Desde una perspectiva antropológica, la alimentación es una práctica cargada de significado que refleja y moldea las relaciones sociales, las creencias y los valores de una sociedad. En este sentido, las comunidades gastronómicas actúan como microcosmos donde se pueden observar y analizar estas dinámicas culturales.
Cada comida es una oportunidad para comunicar y reforzar la identidad cultural. Por ejemplo, en las festividades españolas, como la Navidad o la Semana Santa, los platos tradicionales no solo alimentan el cuerpo, sino que también nutren el sentido de pertenencia y continuidad cultural. Los txokos del País Vasco, mencionados anteriormente, no son solo lugares para comer, sino también espacios donde se perpetúan y celebran las tradiciones culinarias locales.
Las comunidades orientadas a la comida tienen un poder transformador que va más allá de la cocina. Estas comunidades crean conexiones significativas, fomentan la innovación y ofrecen un sentido de pertenencia y apoyo que enriquecen nuestras vidas.
La comida es más que solo sustento; es una celebración de la vida, la cultura y nuestra humanidad. Las comunidades gastronómicas son el vehículo hacia esa celebración. Nos recuerdan que, independientemente de nuestras diferencias, todos podemos encontrar un terreno común y ser mejores por compartir una mesa.
Apasionado de la cocina y la comida, Juan Parodi es un especialista en sostenibilidad, innovación y community building con 18 años de experiencia, trabajando con grandes corporaciones y entidades públicas. Co-fundador de Community Hackers, la primer agencia española dedicada exclusivamente a acompañar a las marcas en construir y escalar comunidades auténticas, comprometidas y con impacto positivo. Además, es director de CMX Connect en Madrid, la referencia global para los profesionales de las comunidades que quieren cambiar el mundo evento a evento. Su misión es ayudar a los creadores de comunidades a prosperar y hacer avanzar la industria del Community Building.
