Empresas Premium
El Sello Compromiso Huella Social y contribuir a la implementación a la Agenda 2030, Javier Fernández, director General de la Fundación Copade, propone un decálogo de buenas prácticas a seguir que llevarán a tu empresa hacia un modelo más sostenible.
La conciencia sobre el cuidado del planeta que desde hace años impregna la sociedad ha hecho que las empresas busquen generar un impacto positivo tanto en el entorno social en el que actúan como en el medio ambiente. Para facilitar esta labor, la Fundación Copade incorporó la Huella Social entre sus certificaciones a través de una herramienta de medición que permite a las compañías modificar su modelo productivo para lograr ser más sostenibles e incorporar cambios y mejoras reales de cara a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas.
Pero ¿qué es realmente la huella social y qué beneficios tiene medirla? La huella social se define como la suma de efectos que genera la actividad de una organización en el entorno en el que opera. Medir la huella social resulta ser una herramienta valiosa para mejorar el impacto social de las organizaciones, ya que proporciona información útil para tomar decisiones. Algunos de los beneficios de medir la huella social incluyen:
Ese cambio hacia modos de operar más sostenibles permitirá a la empresa adelantarse a normativas, mejorar su imagen y reputación y generar valor compartido con sus grupos de interés. Por otra parte, cada vez hay más gente que no solo tiene en cuenta el factor económico a la hora de incorporarse a una empresa o continuar trabajando en ella. Una empresa que comunica a su personal que quiere mejorar su entorno atrae y retiene talento, y esto es fundamental para garantizar el éxito de una organización.
Como hemos visto las ventajas son infinitas y la necesidad de medir la huella social de las empresas es una realidad inminente. Pero, llegados a este punto lo importante es saber cómo medir la huella social de manera correcta. Para ello, desde Copade instamos a seguir un decálogo de buenas prácticas que permita conocer la huella social de las organizaciones.
El primer paso para empezar cualquier cambio es preguntarnos donde estamos y hacia donde queremos ir. Como empresa debemos reunir a los diferentes equipos de trabajo para evaluar de qué manera estamos afectando a la sociedad y cómo queremos que se posicione nuestra marca en cuanto a sostenibilidad. Tras esto podremos plantearnos empezar con la solicitud de la Huella Social de Copade.
Tras haber evaluado la situación internamente, lo ideal es ponernos en mano de profesionales que puedan evaluar nuestro caso concreto. Para ello debemos rellenar una solicitud de información sobre la medición y sello de la Huella Social de Copade.
El diagnóstico de la situación es un punto decisivo, ya que en este momento vamos a poder observar en qué punto se encuentra realmente nuestra organización para poder tomar decisiones en consecuencia.
Además, habrá que verificar el diagnóstico, y una vez se haya realizado esta segunda comprobación, la empresa recibirá un presupuesto personalizado que incluye el Sello de la Huella Social, así como el plan de mejora y las mediciones posteriores.
Obtener el Sello se trata del primer paso en la carrera para convertirnos en una empresa con una huella social positiva en nuestro entorno de trabajo. Esta certificación, además de todas las implicaciones que tiene a la hora de mejorar la situación, otorga prestigio a la organización al mostrar su interés y compromiso por un modelo económico sostenible.
Este es uno de los puntos más importantes del decálogo ya que es el momento donde vamos a empezar a guiar nuestro modelo empresarial hacia aquello que queremos ser. El plan de mejora será nuestra hoja de ruta para llegar a ser una empresa referente en la consecución de los objetivos ODS.
Si el diseño del plan es importante, poner en marcha las acciones lo es aún más ya que es el momento en el que vamos a materializar nuestros planes con acciones concretas que nos van a llevar a lograr los objetivos. Algunas de estas acciones serán a corto o medio plazo y otras a largo plazo, pero todas ellas servirán en una u otra medida para reconfigurar nuestro modelo empresarial.
Es fundamental que revisemos la manera en la que se están implementando estas acciones para comprobar si se está haciendo según el plan de mejoras. También sirve para ver el alcance de las acciones más inmediatas, así como posibles cambios.
Tras implementar cualquier tipo de cambio en una organización, es esencial llevar a cabo un análisis de los resultados. Resulta relevante verificar que el impacto positivo de nuestra organización en la sociedad haya mejorado gracias al plan de mejoras implementado, en vista de nuestro compromiso con la Huella Social y el reconocimiento obtenido a través del Sello.
Para mantener nuestro compromiso a lo largo del tiempo, debemos ser conscientes de que ser una empresa sostenible y ética es una meta continua, ya que la sociedad está en constante evolución. La adaptabilidad y la observación son aspectos cruciales para enfrentar estos cambios de manera efectiva, y contribuir a la creación de una sociedad mejor a través de nuestra empresa.
Por lo tanto, estar preparados y abiertos al aprendizaje y la innovación son fundamentales para lograr nuestro objetivo.
La Fundación Copade - Comercio para el Desarrollo es una entidad privada, apolítica y no lucrativa fundada en 1998 por Javier Fernández y la Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio Claret de Madrid y que tiene por objetivo impulsar y desarrollar el Comercio Justo, el Consumo Responsable y la preservación del Medioambiente a través de Alianzas Público-Privadas.
Copade trabaja con grupos productores de países europeos y latinoamericanos para promover estructuras socioeconómicas sostenibles y respetuosas con el medioambiente, que hagan a estos grupos agentes de su propio desarrollo. También trabaja en comunidades vulnerables de nuestro país, con problemas de
despoblamiento, pero fuertemente vinculadas a sus bosques y cuyo papel custodio, es esencial para su preservación.
Crea redes participativas entre productores/as y Administraciones Públicas, empresas, instituciones y otros agentes sociales, tanto a nivel local como mundial, para que impulsen nuevas formas de cooperación económicamente rentables, sostenibles y socialmente responsables.