Empresas Premium
Hernando Cuadros Cortés, managing director de Seven Senders, nos habla sobre los retos en logística y entrega en la última milla tras el crecimiento del ecommerce.
El auge del comercio electrónico y los nuevos hábitos de consumo de la sociedad han sentado las bases del funcionamiento del comercio transfronterizo en Europa. En este contexto, ofrecer soluciones de logística que se ajusten a las necesidades de cada mercado resulta imprescindible, sobre todo, cuando hablamos de la gestión de envíos en la fase conocida como última milla.
Ante esta situación, las compañías logísticas están centrando sus esfuerzos en lograr que los envíos internacionales se resuelvan con la misma fluidez que se da en el mercado nacional. Pero, ¿confían los consumidores en la adquisición de productos provenientes de otros países? Desde Seven Senders, hemos realizado un estudio que revela qué consumidores y qué mercados de la Unión Europea compran con mayor frecuencia en países extranjeros pertenecientes a Europa. En concreto, se han tenido en cuenta los datos relativos a los 13 mercados europeos con mayores ventas en este tipo de comercio.
En primer lugar, es importante tener en cuenta que, en comparación con los demás países europeos, los españoles cuentan con menos poder adquisitivo y son más moderados a la hora de hacer compras online. Pese a esto, el 67% de ellos compra de manera digital con frecuencia y uno de cada dos lo hace en el mercado extranjero (48%). Concretamente, se estima que en 2020 el comercio electrónico transfronterizo en España generó 9.500 millones de euros, un tercio del ingreso total en la UE.
Sin embargo, el análisis de los datos obtenidos revela que la infraestructura logística en España debe mejorar, especialmente en el proceso de última milla. Según los datos de la Unión Postal Universal, el sector postal español, servicio generalmente responsable de hacer llegar el producto internacional al cliente final, es menos eficaz en comparación al de otros países. Esta situación se da precisamente por la falta de infraestructuras necesarias que garanticen que las entregas se realicen de forma ágil y eficiente.
Actualmente, por ejemplo, España cuenta con poco más 1.000 puntos de recogida tipo taquillas distribuidas por el territorio. Este formato ha resultado ser una solución muy eficaz para el servicio de entrega de paquetes ya que garantiza a los usuarios la recepción de la mercancía en un punto determinado y elimina las limitaciones horarias que tantos problemas causan en los procesos de entrega.
En cuanto a otros mercados, Luxemburgo es el país que cuenta con el mejor balance de consumidores satisfechos. Sus habitantes están muy familiarizados con el consumo digital y cuentan con una buena infraestructura de envío. El 86 % de la población consume de forma online con frecuencia y cuentan con un tráfico de paquetes constante. Cada habitante recibe y envía alrededor de 17 paquetes anualmente. A diferencia de la situación que se da en España, Luxemburgo tiene 40 estaciones de recogida por cada 100.000 habitantes. Por su parte, Alemania produjo 26.500 millones de euros, cifra que lo hace posicionarse como el mercado más fuerte del comercio electrónico transfronterizo. Estos datos son muy prometedores y atisban un crecimiento del sector en la zona en los próximos años.
Italia y Portugal se encuentran al otro lado de la lista con una puntuación más baja. Las razones son sus infraestructuras de envío menos resistentes y sus consumidores cautelosos en el comercio electrónico transfronterizo. Pese a la cautela de algunos usuarios, los datos hablan por sí solos, y las compras transfronterizas están en crecimiento, la pandemia nos enseñó las facilidades, la seguridad y la necesidad de los transportes transfronterizos. A día de hoy, somos ciudadanos globales, ya no nos delimitan las fronteras, podemos movernos libremente por prácticamente todo el planeta y, por consecuencia, nuestra manera de comprar y consumir también ha evolucionado.
Así pues, a rasgos generales el comercio electrónico transfronterizo ha experimentado fuertes niveles de crecimiento a raíz de la crisis del Covid-19. Sin embargo, algunos mercados ofrecen mejores condiciones logísticas que otros y operan con más o menos éxito según las infraestructuras desarrolladas en los últimos años.