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Desde Klin Industrial nos explican qué debemos saber sobre las soluciones que nos ofrecen para actuar en la lucha contra el virus, en el sector retail.
Según el Ministerio de Seguridad Social, el sector más afectado por la crisis del SARS-COV2 es el de restauración, seguido del de confección de prendas, juegos de azar, alojamiento y deportes. Quizás porque seguimos necesitando comer, beber y vestir no aparecen el sector de retail, pero que las personas sigamos acudiendo a comprar víveres y ropa no implica que este sector no se haya visto de hecho afectado, requiriéndosele que se adecue a unas medidas de higiene y de prevención que no se conocen completa, nítida y objetivamente.
Nos hemos preguntado si ese conocimiento incompleto, difuso y no objetivo puede ser completado y enfocado desde una perspectiva imparcial: ¿existe un manual de actuaciones para el sector comercio? La respuesta es, sí; el Instituto Nacional de Seguridad y Salud he emitido una guía de buenas prácticas. Básicamente, ventilación, distancia y tomar temperatura a todo el que entre en el local. Nada nuevo.
Nos queda mirar por Internet en busca de milagro, el fabricante iluminado que nos convenza de que su sistema es el mejor y tiene el precio adecuado. Es imposible que no nos llame la atención -la cantidad de periódicos, algunos de tirada nacional, que se hacen eco de ello es impresionante- que el arco de desinfección que usa el presidente ruso es fabricado y comercializado por una empresa española; es todo un orgullo, y comprobamos que tiene un catálogo extenso. Parece muy adecuado. No nos dejamos llevar por la pasión y hacemos una búsqueda más densa, y la duda que nos asalta es, ¿cuántos sistemas han inventado en solo unos meses? Ozono, disuelto o puro, luz ultravioleta, agua ionizada, ácido hipocloroso, lejía y otros detergentes, alcoholes varios, … ¿Cuál es más efectivo? O, quizás, primero debamos preguntarnos cuál es efectivo.
Primero razonemos. Ya sabemos que el Covid-19 se transmite principalmente por los famosos aerosoles, esas exhalaciones nuestras que contienen microgotas de fluidos en los que viaja el virus al asalto de la siguiente víctima. Si no es inhalada por ninguna persona, con el tiempo, va cayendo hasta depositarse en alguna superficie, cualquier superficie que intercepte. Nuestras manos también, al tocarnos la cara o las superficies contaminadas, son agentes activos en la transferencia del virus. Nadando en las microgotas o en la grasa que cubre nuestra piel, también las manos, el virus espera a que por contacto primero y por descuido después, de la superficie pase a la mano, de la mano a la boca o a la nariz y de ahí, a nuestro aparato respiratorio. En la ropa, mayoritariamente no impermeable, puede introducirse en el interior de tejido. Superado el susto creado por nuestro razonamiento, respiramos hondo y estudiamos qué son y cómo actúan esos biocidas que nos ofrecen. Aunque una cosa debemos haber sacado en claro: en superficies de elementos de uso multitudinario, si no se limpia previamente no se puede desinfectar.
Ahora, ya, intentemos acercarnos a la objetividad y seamos críticos con qué fuente tomamos, evitaremos primero la información que ofrecen aquellos que comercializan alguno de los milagros que necesitamos. El mismo Instituto Nacional de Seguridad y Salud nos ofrece una lista con los biocidas aptos y, también incluye su modo de buen uso. Se habla del ozono, suministrado en gas y concentraciones muy elevadas además de indicar un tiempo de exposición mínimo; ya podemos descartar el ozono disuelto como solución desinfectante. Se habla del agua electrolizada, que es lo mismo que el ácido hipocloroso disuelto en agua del que advierte que es del tipo in situ, es decir, que la generación del ácido hipocloroso debe ser realizada en el mismo equipo que lo emplea -si se tuviera un depósito rellenable, el tiempo transcurrido desde su generación hasta su uso degeneraría e inactivaría el agente biocida- además de indicar valores de concentración y de tiempo de exposición. Habla de la luz ultravioleta en exposición directa y con intensidad y tiempo de exposición marcados, por lo que si no incide directamente no es efectiva, ni que decir tiene que no actúa sobre el interior de los tejidos. Además, nos debe llamar la atención que no incluye el vapor, el vapor no desinfecta.
Entonces, qué equipo escoger. Recomendamos empezar por descartar lo que rotundamente no, identificando a quienes por oportunismo están ofreciendo sistemas ilegales e ineficaces, para desecharlos, y lo más rápido es identificar primero a quienes ofrecen sistemas ilegales. El Ministerio de Sanidad ha tenido que emitir varios informes [enlaces 3 y 4] prohibiendo los arcos de desinfección de personas. El señor presidente de Rusia, en España, no pasaría por debajo del arco de desinfección español. Si algún fabricante, en su catálogo, ofrece arcos de desinfección de personas, es que vende un producto ilegal. Por desconocimiento o por falta de ética, en cualquier caso, no es recomendable. Apartados los ilegales, se debe estudiar si las concentraciones, los tiempos de exposición y el proceso en general tiene una base constatable que nos ofrezca un mínimo de seguridad, en base a las comunicaciones oficiales.
Cuando vayamos a adquirir un sistema de desinfección, para protegernos a nosotros mismos y a nuestros clientes, debemos asegurarnos que adquirimos equipos efectivos y seguros. Porque las “maldadas” de un sector no puede ser el agosto de oportunistas.
Enlace 1: Directrices de buenas prácticas en el sector del comercio.
Enlace 2: biocidas aptos en la lucha contra covid.
Enlace 3: sistemas de desinfección nebulizando sobre personas.
Enlace 4: no uso de nebulización de biocidas en personas
https://www.minsalud.gov.co/Ministerio/Institucional/Procesos%20y%20procedimientos/GIPG20.pdf